lunes, 11 de mayo de 2015

Teresa de Jesús y su mensaje de misericordia


Estamos celebrando el quinto centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús y nos disponemos para celebrar un año jubilar de la misericordia. Con tal motivo, monseñor Juan José Omella, o
bispo de Calahorra y la Calzada-Logroño, ha escrito una carta pastoral titulada: "Teresa de Jesús y su mensaje de misericordia", de la que tomo algunos párrafos:

Estamos celebrando el Vº Centenario del nacimiento de nuestra santa más universal, Teresa de Jesús. Un acontecimiento que está siendo como una lluvia fecunda de gracia para toda la Iglesia, no sólo para Iglesia en España.

Para Teresa, la misericordia de Dios la lleva a no dudar jamás de su amor y, lo que es más decisivo, a compartir ese amor. Ofrezco varias frases, a cuál más sugerente, de su Vida, en las que refleja su experiencia espiritual, cómo siente su alma la ternura de Dios.

La primera es en realidad un dar gracias a Dios por todo el bien que le ha hecho:“Bendito seáis por siempre, que aunque os dejaba yo a Vos, no me dejasteis Vos a mí tan del todo que no me tornase a levantar, con darme Vos siempre la mano” . Y añade dos afirmaciones que nos deben llenar de esperanza y de abandono en las manos de Dios: “Veo claro la gran misericordia que el Señor hizo conmigo” y “De la misericordia del Señor nunca desconfié” .

Santa Teresa muestra de una forma muy concisa, y en un castellano envidiable, lo que el Papa Francisco nos viene repitiendo desde el inicio de su Pontificado: “que Dios no se cansa de perdonar, aunque nosotros a menudo sí nos cansamos de pedir perdón”.

Del libro Camino de perfección recojo dos expresiones que muestran de forma plástica y viva la ternura de Dios, el cariño con que nos ama y aun nos mima. Dice así: “Alejad el pensamiento de vuestra miseria lo más que pudiereis y ponedle en la misericordia de Dios” . Y en esta otra insiste en la preocupación de Dios Padre por cada uno: “Si nos tornamos a Él, como el hijo pródigo, hanos de perdonar. De balde me habéis, Señor, de perdonar; aquí cabe bien vuestra misericordia” .

Termino este pequeño homenaje a Teresa de Ávila trayendo un par de frases más cuya simple lectura constituye un verdadero gozo: “La misericordia de Dios nunca falta a los que en Él esperan. No ande el alma espantada, sino confiada en la misericordia del Señor”.

El año de la misericordia, acompañados por María, la llena de gracia, y también de Teresa, la mujer que se dejó llevar por el amor de Dios, hará de nosotros objeto de la misericordia y embajadores de la misma, porque de la abundancia del corazón habla la boca. 

Seamos testigos de ese Dios que nos amó hasta el punto de que no nos podía amar más y haremos entre todos un mundo mejor, más humano, más entrañable, donde todos los que nos rodean se sientan más a gusto.

Pueden ver el texto original aquí.

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