jueves, 19 de octubre de 2023

Jornada Mundial de las Misiones - Domund


El domingo del DOMUND, la Iglesia universal reza por los misioneros y misioneras y recoge fondos para apoyar su labor evangelizadora, que con frecuencia se desarrolla entre los más pobres.

La jornada es preparada por la «congregación para la propagación de la fe», fundada en 1622 a iniciativa de los carmelitas descalzos, que ya tenían en Roma un seminario para formar misioneros y convencieron al papa para que hiciera algo parecido a nivel universal.

En 1822 Paulina Jaricot fundó «la obra de la propagación de la fe», para orar y recoger fondos con los que ayudar a los misioneros.

Finalmente, en 1926 se estableció la «jornada mundial de las misiones», que en los países de lengua española es conocida como DOMUND, a celebrarse cada año el penúltimo domingo de octubre. 

El papa cada año propone un lema y escribe un mensaje para la ocasión. El lema del año 2023 es «Corazones ardientes, pies en camino».

El mensaje de este año comienza así: «Para la Jornada Mundial de las Misiones de este año he elegido un tema que se inspira en el relato de los discípulos de Emaús, en el Evangelio de Lucas (cf. 24,13-35): “Corazones fervientes, pies en camino”. Aquellos dos discípulos estaban confundidos y desilusionados, pero el encuentro con Cristo en la Palabra y en el Pan partido encendió su entusiasmo para volver a ponerse en camino hacia Jerusalén y anunciar que el Señor había resucitado verdaderamente. En el relato evangélico, percibimos la transformación de los discípulos a partir de algunas imágenes sugestivas: los corazones que arden cuando Jesús explica las Escrituras, los ojos abiertos al reconocerlo y, como culminación, los pies que se ponen en camino. Meditando sobre estos tres aspectos, que trazan el itinerario de los discípulos misioneros, podemos renovar nuestro celo por la evangelización en el mundo actual».

Les recuerdo las entradas que dediqué a este argumento los años pasados, con referencias al lema de cada jornada:

- Domund 2012: «Misioneros de la fe». "Misioneros" son las personas (obispos, sacerdotes, religiosos o religiosas, laicos) que dedican su vida, o un período largo de ella, a la primera evangelización. La vocación misionera brota de la certeza de que la “la fe se fortalece dándola”.

- Domund 2013: «Fe + caridad = misión». Jesús ha venido para mostrarnos el camino de la salvación, y nos ha confiado la misión de darlo a conocer a todos, hasta los confines de la tierra. Es urgente hacer que resplandezca en nuestro tiempo la vida buena del evangelio con el anuncio y el testimonio.

- Domund 2014: «Renace la alegría». La alegría cristiana brota del haber conocido el amor de Dios y de poder compartirlo con los demás. Oremos a Dios para que llene de su paz y de su alegría a todos los misioneros que trabajan por el reino de Dios lejos de su patria.

- Domund 2015: «Misioneros de la misericordia». Los misioneros y misioneras son instrumentos y canales de la misericordia de Dios. A través de ellos el Señor hace llegar su amor a los más pequeños y necesitados. Cada gesto de misericordia es una “caricia al alma” que hace resonar de nuevo, para quien lo recibe, la buena noticia de que Dios está del lado de los humildes y de los que sufren.

- Domund 2016: «Sal de tu tierra». Este lema recuerda la llamada de Abrahán, la invitación que Dios hace a los misioneros para que se pongan en camino y también el drama de tantos emigrantes y refugiados que huyen del hambre o de la guerra.

- Domund 2017: «Sé valiente, la misión te espera». La misión de la Iglesia está destinada a todas las personas de buena voluntad y está fundada sobre la fuerza transformadora del evangelio. Abramos nuestros corazones a Dios para que despierte en nosotros nuestro ser misionero, ya que, por el bautismo, el Espíritu nos impulsa a implicarnos con valentía en que el evangelio llegue a todos los rincones de la Tierra.

- Domund 2018: «Cambia el mundo». En nuestro mundo podemos ver fácilmente cambios superficiales, que dejan las cosas como estaban, y otros que son “a peor”, porque derivan de acciones injustas y que atentan contra la dignidad del ser humano. Frente a esto, los misioneros nos muestran que es posible un cambio “a mejor”, profundo y real.

- Domund 2019: «Bautizados y enviados». Hoy sigue siendo importante renovar el compromiso misionero de la Iglesia, impulsar evangélicamente su misión de anunciar y llevar al mundo la salvación de Jesucristo, muerto y resucitado. Quien ama se pone en movimiento, sale de sí mismo, es atraído y atrae, se da al otro y teje relaciones que generan vida. Para el amor de Dios nadie es inútil e insignificante. Cada uno de nosotros es una misión en el mundo porque es fruto del amor de Dios.

- Domund 2020: «Aquí estoy, envíame». Comprender lo que Dios nos está diciendo en estos tiempos de pandemia también se convierte en un desafío para la misión de la Iglesia. La enfermedad, el sufrimiento, el miedo, el aislamiento nos interpelan. Nos cuestiona la pobreza de los que mueren solos, de los desahuciados, de los que pierden sus empleos y salarios, de los que no tienen hogar ni comida. Ahora, que tenemos la obligación de mantener la distancia física y de permanecer en casa, estamos invitados a redescubrir que necesitamos relaciones sociales, y también la relación comunitaria con Dios. Lejos de aumentar la desconfianza y la indiferencia, esta condición debería hacernos más atentos a nuestra forma de relacionarnos con los demás.

- Domund 2021. «Cuenta lo que has visto y oído». Cuando experimentamos la fuerza del amor de Dios, cuando reconocemos su presencia de Padre en nuestra vida personal y comunitaria, no podemos dejar de anunciar y compartir lo que hemos visto y oído. A sabiendas de que no es fácil ser misioneros del amor y de la esperanza en estos momentos concretos, queremos colaborar con Cristo en el anuncio del evangelio y en la construcción de una sociedad cada vez más justa e inclusiva, donde haya sitio para todos.

- Domund 2022. «Seréis mis testigos». Jesús ha venido entre nosotros para mostrarnos el camino de la salvación, y nos ha confiado la misión de darlo a conocer a todos, hasta los confines de la tierra. Con frecuencia, vemos que lo que se destaca y se propone es la violencia, la mentira, el error. Es urgente hacer que resplandezca en nuestro tiempo la vida buena del evangelio con el anuncio y el testimonio, y esto desde el interior mismo de la Iglesia.

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