lunes, 15 de marzo de 2021

La Vía Dolorosa y el Santo Sepulcro en Jerusalén. Descripción y fotos


La "Vía Dolorosa" recorre los lugares por los que pasó Jesús en las últimas horas de su vida mortal. Transitar por ella, rezando el Vía Crucis, es una de las experiencias más intensas que viven los peregrinos que visitan la ciudad santa.

Las obras y reformas de los siglos nos hacen difícil imaginar hoy cómo eran estos lugares hace 2000 años. Pero vamos a hacer un recorrido por estos espacios, tal como se conservan hoy, haciendo referencias también a su historia.

Inicia junto a la "puerta de los leones", muy cerca de la iglesia de santa Ana, en la “Torre Antonia”, que domina la explanada del Templo. En tiempos de Jesús, allí se encontraba el palacio del gobernador. Hoy es una escuela musulmana. En ese lugar Jesús fue condenado, sufrió los azotes, la corona de espinas, burlas y toda clase de ultrajes.


En el espacio que antiguamente ocupaba el pretorio, se encuentra, también, el convento franciscano de la Flagelación (con un interesante museo arqueológico y una buena biblioteca). En esta foto se ve el patio y un grupo rezando la segunda estación del Vía Crucis.


Al lado está el convento de las Hijas de Sión, que conserva en sus criptas parte del “litostrotos” (“el enlosado”) de que habla el evangelio, tal como pueden ver en esta foto.


A partir de allí, varias capillas recuerdan los pasos del Vía Crucis, hasta llegar al Calvario y al Santo Sepulcro, atravesando el convento copto y la terraza de la basílica, con el convento etíope. En esta foto pueden ver la entrada a la tercera estación.


Todo el recorrido se hace por callejuelas llenas de comercios musulmanes, tal como ven en esta foto, por lo que no es nada fácil mantener la concentración.

Los condenados eran ajusticiados junto a las puertas de la ciudad, al lado del camino, en alto, para que todos escarmentasen. Por eso, en tiempos de Jesús, el espacio que hoy ocupa la basílica del Santo Sepulcro estaba fuera de la ciudad, junto a las murallas. Hoy está en su núcleo histórico, dentro de las murallas actuales, que son del siglo XVI.

La actual basílica del Santo Sepulcro o de la “Anástasis” (palabra griega que significa “resurrección”) es un conjunto de edificios de distintas épocas y estilos (iglesias, capillas, monasterios), muchas veces destruidos y reedificados, en torno al Gólgota (Calvario, lugar de la calavera) y a la gruta donde colocaron el cuerpo del Señor en el huerto cercano.

En el siglo II, el emperador Adriano, para humillar a los cristianos y evitar que siguieran peregrinando al Gólgota y al sepulcro vacío de Cristo, mandó construir encima dos templos paganos.

En el siglo IV, el emperador Constantino mandó destruirlos y sacar a luz los restos cristianos que había debajo, para construir dos impresionantes basílicas, conectadas entre sí. 

Encima del Calvario se construyó una que llamaron "Martirium" (que significa "lugar del testimonio"). Era enorme. Hoy solo queda una pequeñísima parte, englobada en la basílica del Santo Sepulcro, elevada sobre el nivel del resto del templo, y conserva una capilla latina y otra griega, en la que se puede ver la roca del monte donde Cristo fue crucificado. 

Encima de la gruta sepulcral que alojó el cuerpo del Señor construyeron otra iglesia, que llamaron "Anástasis" (que significa "lugar de la resurrección"). El banco de piedra donde yació el cuerpo del Señor se recubrió con otra piedra y se convirtió en altar. 

Tras numerosas intervenciones a lo largo de los siglos, hoy esta piedra queda dentro de una edícula construida por los zares rusos en el siglo XIX, bajo la gran cúpula medieval.

Los persas quemaron estos edificios en el siglo VII (año 614). Los cristianos los reconstruyeron pocos años después (año 625).

Poco más tarde los árabes conquistaron Jerusalén (año 638) y prohibieron a los cristianos acceder a los templos por su puerta principal, que se convirtió en oratorio musulmán, por lo que tuvieron que abrir una nueva puerta por otro lugar.

El año 1009, el califa de Egipto ordenó que todas las iglesias cristianas de Tierra Santa fueran destruidas, comenzando por la del Santo Sepulcro.

Ese mismo año, los cruzados conquistaron Jerusalén y comenzaron la reconstrucción. Aunque ha sufrido muchas reformas a partir de entonces, el edificio actual es el que levantaron los cruzados en los siglos XI y XII.

El año 1187 los musulmanes volvieron a conquistar la ciudad, cerraron la iglesia del Santo Sepulcro y solo permitían el acceso de los peregrinos para orar dentro si pagaban una fuerte suma de dinero.

En los siglos siguientes, permitieron vivir en espacios del Santo Sepulcro a algunas comunidades católica (los franciscanos) y ortodoxas (griegos, armenios, georgianos, abisinios y jacobitas). 

A partir del siglo XVI, algunas comunidades no podían pagar las fuertes tasas que les imponían los turcos, por lo que abandonaban los espacios, que eran "recomprados" por otras denominaciones cristianas.

Los griegos, armenios y católicos (los franciscanos) tienen los espacios más grandes, pero también hay otras comunidades presentes: coptos egipcios, etíopes y sirios. Muy cerca hay templos de los rusos ortodoxos y de los luteranos alemanes.


Frente a la puerta de entrada está la llamada "piedra de la unción", que recuerda cuando Cristo fue bajado de la cruz y prepararon su cuerpo para enterrarlo. Pueden verla en esta foto.


Nada más entrar, a la derecha, hay unas empinadas escaleras que llevan a la capilla del Calvario. En esta foto se ve la parte greco ortodoxa.


Bajo el Gólgota está la capilla de Adán, que recuerda que la sangre de Cristo redime a todos los muertos antes de su venida, empezando por el primero, que habría estado enterrado allí. Es la más sencilla de todas las capillas, tal como pueden ver en esta foto.


En la parte de atrás están la capilla de santa Elena (de los armenios) y la gruta de santa Elena (de los católicos, que es la de esta foto). Se trata de una antigua cantera, posteriormente cisterna de agua, donde Adriano tiró los restos de los santuarios cristianos del Gólgota y Santo Sepulcro, cuando destruyó Jerusalén. Posteriormente la madre de Constantino encontró allí enterrada la cruz del Señor.


El “Católicon”, que pueden ver en esta foto, es la nave central y el presbiterio (de los griegos ortodoxos). En este espacio se conserva el "Omphalos", una piedra que los antiguos consideraban el ombligo del mundo, el centro de la tierra. Junto al iconostasio hay dos tronos patriarcales (uno reservado a las visitas del patriarca ortodoxo de Antioquia y otro del patriarca ortodoxo de Jerusalén).

A su alrededor se levantan varias capillas.


Las católicas son la capilla del Santísimo Sacramento (que pueden ver en esta fotografía) y el altar de la aparición de Jesús resucitado a santa María Magdalena. Por la sacristía se accede a otras capillas de la época de los cruzados y al convento de los franciscanos.


En esta foto pueden ver la gran cúpula central, con un sol dorado (que representa a Cristo resucitado) del que salen 12 rayos (que representan a los apóstoles, enviados a dar testimonio de la resurrección en el mundo entero).


Debajo de esta cúpula se conserva la edícula levantada sobre el Sepulcro donde Cristo fue depositado. En esta foto pueden verla desde arriba y observar la fila de peregrinos, que esperan para entrar a venerar ese lugar.


En la parte de atrás está la capillita de los coptos que pueden observar en esta fotografía.

Un poco más allá hay otra capilla, que conserva la llamada "tumba de José de Arimatea", un sepulcro de la época del de Jesús, que es usada para el culto por los sirios.

Después de muchos cambios y adaptaciones, en 1852 se firmó el "Status Quo", que regula la propiedad de los espacios y el uso de los mismos por las diversas confesiones cristianas.


En esta fotografía pueden ver la entrada actual. Las llaves de las puertas están en manos de dos familias musulmanas, que cobran un sueldo y las abren y cierran cada día según los horarios acordados por las tres confesiones mayoritarias.

En la página web del santuario hay mucho material: noticias, fotografías, videos, posibilidad de realizar una visita virtual...

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