El pequeño colombiano del vídeo es un genio. No porque juegue a decir misa (eso lo hemos hecho muchos niños antes que él y lo siguen haciendo muchos niños del mundo entero), sino por su prodigiosa memoria y por su gran imaginación. Dice de memoria textos bíblicos, cantos y oraciones y lo que no sabe, se lo inventa. El primito de dos años y medio, que hace de monaguillo, anda un poco más perdido, pero él se defiende estupendamente.
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