Cada año, al llegar octubre, recibo whatsapps, mensajes de facebook y correos de amigos diciéndome que los católicos no celebran Halloween, que esta es una fiesta satánica y otras exageraciones por el estilo. No estoy de acuerdo con esos mensajes y voy a explicar por qué. Pienso que no se trata de "no celebrar Halloween", sino de conocer su origen e historia para celebrarlo bien.
Quiero comenzar esta reflexión recordando que santa Teresa de Jesús (de Ávila) decía que tenía más miedo de los que ven al demonio en todos los sitios que del demonio mismo.
Ahora hablemos de esta celebración. Es importante conocer su origen y su historia. Ya he explicado muchas veces que la palabra "Halloween" viene del inglés "all hallow's eve", que significa la "víspera de los santos".
Ahora hablemos de esta celebración. Es importante conocer su origen y su historia. Ya he explicado muchas veces que la palabra "Halloween" viene del inglés "all hallow's eve", que significa la "víspera de los santos".
Aunque desde antiguo hubo fiestas en honor de los santos y de los mártires, la fiesta de todos los santos, tal como hoy la conocemos, se fijó el 1 de noviembre en el siglo IX. Pronto se unió la conmemoración de todos los fieles difuntos el 2 de noviembre. Celebramos a los santos, que ya han alcanzado el cielo y oramos por los que aún necesitan purificación.
Los judíos comienzan las fiestas el día anterior por la tarde y los cristianos heredamos de ellos esa costumbre. Por eso, las misas de los sábados por la tarde o del día anterior a una solemnidad ya son misas del día siguiente. También el día de todos los santos.
Los judíos comienzan las fiestas el día anterior por la tarde y los cristianos heredamos de ellos esa costumbre. Por eso, las misas de los sábados por la tarde o del día anterior a una solemnidad ya son misas del día siguiente. También el día de todos los santos.
Hay numerosos testimonios precristianos de banquetes funerarios, en los que se comían dulces especiales para honrar a los muertos. En el libro de las Confesiones, san Agustín testimonia que en su época eran comunes las libaciones en las tumbas de los mártires y que su madre dejó de hacerlas porque san Ambrosio pidió que ya no se hicieran en su diócesis, para evitar confusiones con ritos paganos.
Con el paso de los siglos, surgió una gastronomía específica para las distintas fiestas cristianas: Navidad, Pascua, Epifanía, Cuaresma, Todos los Santos, etc. Para esta última, han llegado hasta nuestros días los "panes de muerto" y "calaveras de azúcar" en México, los "huesos de santos" hechos con mazapán y los "buñuelos" en España, y otros dulces similares en Italia y en otros países.
Lo mismo sucede con el tema de los disfraces. Hay testimonios que se pierden en la noche de los tiempos del uso de disfraces en determinadas fiestas, en las que se rompían temporalmente las convenciones sociales. Esta costumbre se conserva en la fiesta de "purim" entre los judíos y de "carnaval" en contexto cristiano. En México tienen la tradición de hacer desfiles de "catrinas" el día de los muertos.
Durante la Edad Media fueron muy comunes las representaciones de "danzas de la muerte" o "danzas macabras", con gente disfrazada de esqueletos y otros personajes (papa, noble, campesino, militar, etc.), con diálogos teatralizados. En numerosas iglesias y museos se conservan lienzos, frescos y grabados que lo representan. En algunos lugares han sobrevivido estas representaciones u otras similares.
Este es un poema escrito en el siglo XV, que se usaba hace 600 años en estas celebraciones:
Yo soy la Muerte cierta a todas criaturas
que son y serán en el mundo durante.
Demando y digo: oh hombre, ¿por qué curas
de vida tan breve al punto pasante?
Pues no hay tan fuerte ni recio gigante
que de este mi arco se pueda amparar,
conviene que mueras cuando yo lo tire
con esta mi flecha cruel traspasante.
¿Qué locura es esta tan manifiesta
que piensas tú, hombre, que otro morirá
y tú quedarás, por ser bien compuesta
la tu complexión, y que durará?
No estés seguro si al punto vendrá
sobre ti a deshora alguna corrupción
de liendre o carbunclo, o tal implisión
porque el tu vil cuerpo se desatará.
¿O piensas por ser mancebo valiente
o niño de días, que largo estaré
y hasta que llegues a viejo impotente
la mi venida me retardaré?
Avísate bien: que yo llegaré
a ti a deshora, y no tengo cuidado
que tú seas mancebo o viejo cansado,
y cual yo te hallare, tal te llevaré.
Famosa es la obra musical sinfónica "Danse Macabre" del compositor francés Camille Saint-Saëns, que presenta a la Muerte tocando el violín a medianoche, mientras los esqueletos bailan a su alrededor hasta el amanecer, cuando vuelven a sus tumbas. Muy representada en Francia estos días, como en España la obra de teatro "Don Juan Tenorio".
También se conservan varias capillas recubiertas de huesos y en este blog he recogido fotografías otras veces, igual que de obras de arte barroco llamadas "Memento mori" (frase latina que significa "recuerda que morirás").
En varias ocasiones he hablado de la costumbre que hay en algunos sitios de celebrar "Holywin" (los santos vencen), vistiendo a los niños de santos y contando sus vidas, y he recogido fotografías.
A mí me gusta más ver a los niños vestidos de santos que de zombis, pero no creo que lo segundo sea especialmente peligroso, si no se saca de contexto.
Es verdad que en Estados Unidos esta fiesta ha evolucionado y que para algunos es una ocasión para cometer excesos, pero también ha evolucionado la Navidad y Santa Claus ha desplazado al Niño Jesús y no por eso dejamos de celebrar la Navidad, aunque somos conscientes de que para muchos se ha convertido en una fiesta neopagana. Lo mismo podemos decir de la Semana Santa y de las demás fiestas de origen cristiano, hoy muy alejadas de sus raíces. ¿Y qué decir de las fiestas patronales de los pueblos y ciudades en honor de la Virgen María y de los santos? ¿Las eliminaremos por los excesos que cometen algunos en esos días?
Ya advertía san Juan de la Cruz que, con motivo de muchas fiestas religiosas y peregrinaciones, algunos terminaban ofendiendo a los santos más que honrándolos, por lo que recomendaba peregrinar a los santuarios fuera de las fechas más señaladas. Pero de ahí a prohibir que cada uno acuda cuando y como quiera hay un buen trecho.
Un cuchillo no es bueno ni malo. Todo depende del uso que hacemos de él. Si es para pelar patatas, es un buen uso, si es para matar a otra persona, lo usamos mal. Así sucede con todas las cosas y con las celebraciones, también con Halloween.
Lo importante es que los que nos consideramos católicos acudamos a misa el día de todos los santos y el día de los difuntos. También es una hermosa costumbre acudir al cementerio para orar por nuestros seres queridos.
Dulces italianos
Cuadro que representa la "danza de la muerte" medieval
Algunas de las escenas de la "danza de la muerte" representadas en las paredes de la capilla del castillo de Javier, donde nació san Francisco Javier.
Ilustración alemana del siglo XVI conservada en el Metropolitan Museum de Nueva York.
Carro mortuorio de una cofradía de ánimas de Atienza, en España.
Catafalco que se monta cada año durante el mes de noviembre en la parroquia de La Torre de Esteban Hambrán, pueblo de Toledo, en España.
"Danza de la muerte" en el interior de la iglesia de Verges (España)
"Danza macabra" en Madonna di Campiglio (Italia)
"Danza macabra" en Monnickendam (Países Bajos)
La "Danse Macabre" de Camille Saint-Saëns (Francia)
Niños celebrando "Holywin"
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