En el hemisferio norte, los niños han acabado las vacaciones de verano y han regresado a sus clases y a corretear por las calles, los mayores vuelven también a sus actividades cotidianas y a sus recuerdos. Los árboles pierden sus hojas y toda la naturaleza se engalana de vistosos colores amarillos, rojos, ocres... Nos lo recuerda este canto del grupo Mocedades, con música de Vivaldi.
Vuelve ya el otoño,
el fruto, los retornos,
los cantos junto al hogar.
Vuelven las hogueras,
se queman las quimeras,
¡qué solo se queda el mar!
Vuelven los romances,
los niños y los parques;
vuelven los amigos,
saludan los vecinos.
Ya las golondrinas
se pierden en las cimas
y tú vendrás. (bis)
Hablan las comadres
y junto a los telares
se teje una historia más.
Vuelven ya los días
de luz adormecida,
de dulce tranquilidad.
Tic, tac, tañen las campanas,
la plaza se engalana,
se baila,
¡la fiesta de otoño
va a empezar! (bis)
va a empezar! (bis)
(la, la, la, la)
Vuelve ya el otoño,
el vino, los madroños,
el fuego junto al hogar.
Se cuentan historias
de playas y de olas,
de besos junto a la mar.
Vuelven los amantes
ansiosos por amarse,
vuelven los pastores,
marchitan ya las flores.
Vuelve ya el otoño,
el vino, los madroños,
el fuego junto al hogar.
Se cuentan historias
de playas y de olas,
de besos junto a la mar.
Vuelven los amantes
ansiosos por amarse,
vuelven los pastores,
marchitan ya las flores.
Ya las golondrinas
se pierden en las cimas
y tú vendrás.
recuerdan mocedades,
conquistas allende el mar.
Todos se han casado,
su vida han ordenado,
mas no pueden olvidar.
mas no pueden olvidar.
Tic, tac, tañen las campanas,
la plaza se engalana,
se baila,
¡la fiesta de otoño
va a empezar!
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