jueves, 7 de enero de 2021

Villancicos flamencos. Canta Isabel Pantoja


Los italianos dicen que "l'Epifania tutte le feste porta via", pero litúrgicamente seguimos celebrando el tiempo de la manifestación del Señor en la carne hasta el domingo próximo. Para ir cerrando este ciclo navideño, les propongo un popurrí de villancicos flamencos cantados por la tonadillera Isabel Pantoja. Que nunca desaparezca de nuestras vidas el asombro ante el misterio de Dios que se hace niño para salvarnos.

Tres Reyes de Oriente
llevan a Belén
oro, incienso y mirra
al Niño Manuel.

Una estrella azul
les conduce al portal,
pastores de amor 
deben cantar la blanca Navidad.

Un pandero llora
lágrimas tan suaves
que en sus aguas dulces
beberán las aves.

Una estrella azul
les conduce al portal,
pastores de amor 
deben cantar la blanca Navidad.

Duérmete, Niño, en la cuna
pálida de las estrellas
y en el barco de la luna
navega en la mar serena.

Un buey y una mula
le visten de calor,
mientras las ovejas
balando una canción. (2)

Duérmete en la blanca luna
de las lágrimas de un sauce,
que se humedecen de sueño,
mientras se aleja la tarde.

Un buey y una mula
le visten de calor,
mientras las ovejas
balando una canción. (2)

San José mecía a Jesús
en las olas de sus brazos
y le cuenta un cuento
teñido de amor.

De corales 
tallaron la cuna,
bañada de luna,
vestida de sol (4).

El Niño cogió una rosa
de los senos de su madre
para su jardín.

Y en diciembre 
se hace primavera
y al alba despierta 
un cielo de abril (4).

Ya vienen los Reyes Magos (2)
caminito de Belén.
Olé, olé, Holanda, olé,
Holanda ya se ve.

Cargaditos de juguetes (2)
para el Niño entretener.
Con su sonrisa de alondra, Olé,
llora al amanecer.

Pastores cantad, (2)
que el silencio se hará bulerías
y la noche fría se acuna en el mar.

De ternura, una guitarra, (2)
de arpegio, mi corazón,
seis estrellas de plata, olé,
cuidan al Redentor.

Ya se desnuda la aurora, (2)
lo mismo que una mujer.
Tu sonrisa de alondra
vuela al amanecer

Pastores cantad. (3)

En un triste palacio de paja,
el rey de los pobres quiso así nacer,
y san José le cantaba una nana
y la Virgen pura suspira por él.

Suspiraba una dulce pastora
cantando seguidillas para el Niño Dios
y a Jesús, que le gusta el flamenco,
palmeaba el latido de su corazón.

¡Qué gran bailaor!
Y los hombres pararon la guerra
y juntos danzaron para el Redentor (2).

Blanco está Belén,
nevado de villancicos.
Que sí, que sí, que sí,
que blanco está Belén,
nevado de villancicos.
Que sí.

Las estrellas de tus ojos
brillan en el firmamento,
como dos dulces palomas
que alumbran a Dios el sueño.

Sácale a la luna y alumbra de besos 
la luz del portal para el Redentor,
pétalos de trinos derraman al viento, 
pájaros del corazón.

Sácale la bota, vino de ternura,
para tus labios de fresa,
que por vuestro amor perderé la cabeza.

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