martes, 12 de noviembre de 2019
Las lecturas de la misa en los días feriales
Cada año, en la misa de diario, leemos enteros los cuatro evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan), precedidos por una lectura tomada de los otros libros de la Biblia y de un salmo.
La primera lectura se toma por temporadas del Antiguo y del Nuevo Testamento, de tal manera que cada dos años leemos las páginas principales de todos los libros bíblicos, desde el Génesis hasta el Apocalipsis.
No leemos todos los libros enteros, pero sí lo principal de cada libro en una lectura semicontinua. Los del Nuevo Testamento sí que se leen casi enteros (en algún caso se saltan algunos versículos o párrafos sin importancia, pero se lee todo lo demás). De los libros del Antiguo Testamento se hace una selección de las páginas más importantes.
Es una pena que en esa distribución queden fuera el Cantar de los Cantares y la Carta de Jeremías. De estos libros se leen unos párrafos en algunas ocasiones muy concretas.
No dedicamos un año entero al Antiguo Testamento y otro al Nuevo, sino que durante algunas semanas se lee un libro (o varios de la misma época y temática parecida) alternando el Antiguo y el Nuevo Testamento.
Esta semana, la primera lectura está tomada del libro de la Sabiduría, la semana próxima de los libros de los Macabeos y la siguiente del libro de Daniel.
Son los últimos libros del Antiguo Testamento, que se escribieron en los dos siglos anteriores al cristianismo. De hecho, Sabiduría y Macabeos se escribieron en griego (no en hebreo, como los libros más antiguos) y Daniel, parte en hebreo, parte en arameo y parte en griego.
Los tres libros hablan de la resurrección de los muertos, del juicio final y de la vida eterna. Este no es el único tema que tratan, pero es lo más significativo, ya que la fe en la resurrección fue surgiendo lentamente en Israel y no se encuentra en los escritos más antiguos.
En este tema, como en otros, Dios ha manifestado su paciencia y su pedagogía con los hombres, por lo que se ha revelado progresivamente, adaptándose a la capacidad de los humanos. Como dice san Juan de la Cruz: Si lo hubiera hecho a su manera, lo habría hecho todo de una vez, pero como se ha adaptado a la nuestra, lo ha hecho poco a poco.
Al leer sobre este argumento, nos preparamos para la fiesta de Jesucristo, Rey del Universo, con la que se cierra el año litúrgico, que este año es el domingo 24 de noviembre. El domingo 1 de diciembre comienza un nuevo Adviento.
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