viernes, 6 de octubre de 2023

Poemas y oraciones sobre el rosario

Les propongo varias oraciones y poesías relacionadas con el rezo del rosario, acompañadas por pinturas en estilo colonial hispanoamericano de los siglos XVII y XVIII. 

La primera es un bello poema de Bernardo Velado Graña recogido por la liturgia de las horas:

Rezar el Santo Rosario
no solo es hacer memoria
del gozo, el dolor, la gloria, 
de Nazaret al Calvario.
Es el fiel itinerario
de una realidad vivida,
y quedará entretejida,
siguiendo al Cristo gozoso,
crucificado y glorioso, 
en el Rosario, la vida.

Seguimos con un canto popular a la Virgen del Rosario:

Ruega por nosotros
dulce madre nuestra,
Virgen del rosario,
madre de la Iglesia.


Salve, Madre de la Iglesia,
dulce Virgen María,
Dios Padre quiso engendrarte
con santa sabiduría.

Ruega por nosotros
dulce madre nuestra,
Virgen del rosario,
madre de la Iglesia.      

Eres faro de esperanza
de quien busca cada día
encontrar en ti la estrella
para caminar su vida.

Ruega por nosotros
dulce madre nuestra,
Virgen del rosario,
madre de la Iglesia.       

Eres tú la Inmaculada,
llena de gracia divina,
que a tus hijos pecadores
vida y perdón comunicas.

Ruega por nosotros
dulce madre nuestra,
Virgen del rosario,
madre de la Iglesia.      

El Espíritu te enseña
a ser el camino y guía
para que el mundo comience
a buscar la paz perdida.

Soneto al rosario de Enrique Menéndez y Pelayo.

El altar de la Virgen se ilumina,
y ante él, de hinojos, la devota gente
su plegaria deshoja lentamente
en la inefable calma vespertina.

Rítmica, mansa, la oración camina
con la dulce cadencia persistente
con que deshace el surtidor la fuente,
con que la brisa la hojarasca inclina.

Tú, que esta amable devoción supones
monótona y cansada, y no la rezas,
porque siempre repite iguales sones,

tú no entiendes de amores y tristezas:
¿Qué pobre se cansó de pedir dones?
¿Qué enamorado de decir ternezas?

Poema de José García Velázquez:

Octubre, mes del rosario:
las cuentas de los misterios
vas recitando a diario
como salmos del salterio.

Misterios de amor y gozo,
de luz y de salvación,
dolorosos y gloriosos,
vividos con devoción.

Tras de cada padrenuestro,
decenas de avemarías
vuelan llevando hasta el cielo
peticiones y alegrías.

Al entonar cada gloria,
que ensalza a la Trinidad,
vuelve a mezclarse la historia
con ecos de eternidad.

Después llegan los piropos:
son las palabras que salen
del corazón de amor loco
del hijo para la Madre;

pues es cada letanía
una locura de amor
escrita para María
por ser la Madre de Dios.

Tus rezos son como flores
que van adornando el mes,
como esos bellos colores
que ahora en los árboles ves.

Oración del beato Bartolomé Longo, apóstol del Rosario: 

Oh rosario bendito de María, dulce cadena que nos une con Dios, vínculo de amor que nos une a los ángeles, torre de salvación contra los asaltos del infierno, puerto seguro en el común naufragio, no te dejaremos jamás. Tú serás nuestro consuelo en la hora de la agonía. El último susurro de nuestros labios será tu suave nombre, oh reina del rosario, madre nuestra querida, refugio de los pecadores, consoladora de los tristes. Que seas bendita por doquier, hoy y siempre, en la tierra y en el cielo. Amén.

Terminamos con una oración para concluir el rezo del rosario:

Oh Dios, cuyo Hijo Jesucristo, con su vida, muerte y resurrección, nos ha merecido el premio de la salvación eterna: danos a los que meditamos los misterios del rosario de la bienaventurada Virgen María, imitar lo que contienen y alcanzar lo que prometen. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

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