jueves, 19 de septiembre de 2024

La licuefacción de la sangre de san Jenaro y los tesoros de su capilla en Nápoles


El 19 de septiembre se celebra la fiesta de san Jenaro (Genaro en italiano), obispo de Benevento, en el sur de Italia, martirizado el año 305 junto con otros compañeros, en una de las últimas persecuciones del Imperio romano contra los cristianos. 

Sus restos se conservan desde el siglo XV en Nápoles, en una capilla de la catedral, llena de tesoros artísticos acumulados a lo largo de los siglos.

Todos los años, en el día de hoy, la sangre seca del santo, que se conserva en unas ampollitas de cristal, se vuelve líquida ante la vista de muchedumbres extasiadas por el prodigio. Incluso lo retransmiten por televisión.

Se han hecho muchas hipótesis para explicar este fenómeno, pero ninguna consigue dar razón de lo que sucede. En muchas páginas de internet se afirma que la Iglesia no permite analizar el contenido de la ampolla y que supuestos científicos han conseguido hacer lo mismo con otras muestras.

La verdad es que ha sido analizada en varias ocasiones y que, de momento, no hay explicaciones convincentes ni se puede conseguir el mismo resultado con sangre seca y herméticamente cerrada, a la que no se añade nada.

En todo el mundo, solo conozco un caso similar: la sangre de san Pantaleón (martirizado el año 303), que se licúa cada 27 de julio en el real monasterio de la Encarnación, en Madrid.

A continuación recojo algunas fotografías para que conozcan esta impresionante capilla y los objetos que atesora.

Las famosas ampollas que contienen la sangre seca del santo.

La capilla de san Jenaro en la catedral de Nápoles, llena de mármoles preciosos y de bronces.

El altar mayor, diseñado por Francesco Solimena. Los relieves en plata fueron realizados en 1695 por Giandomenico Vinaccialas. Las esculturas de bronce fueron realizadas por Nicola de Turris y Gaetano Sacco entre 1707 y 1722.

Uno de los altares del crucero, con lienzo central de José Ribera.

Altar lateral de san Pedro, esculpido en mármol por Giuliano Finelli el año 1640.

Altar lateral, que representa un milagro de san Jenaro, con lienzo pintado por el Domenichino.

La puerta de acceso a la capilla.

Detalle de la verja, concluida el año 1668, después de 40 años de trabajo.

La impresionante cúpula, sobre un tambor con ocho ventanas, fue diseñada por Francesco Grimaldi. Como las otras dos grandes cúpulas de la época, la del Duomo de Florencia (obra de Brunelleschi) y la de la Basílica de San Pedro en Roma (obra de Miguel Ángel), está constituida por dos casquetes o "domos", uno interior y otro exterior. Es decir, que son dos cúpulas, una dentro de la otra.

Pinturas del siglo XVII en las pechinas. El recinto conserva pinturas y esculturas de los principales artistas europeos de la época: Domenico Zampieri, el “Domenichino”, Giovanni Lanfranco, José Ribera, el “Spagnoletto”, etc.

Capilla en el paso hacia la antesacristía y la sacristía.

Medallón central de la bóveda de la antesacristía, decorada por Francesco y Nicola Rossi en 1744.

Pintura de Luca Giordano en el tímpano del armario de la sacristía.

Parece ser que en esta capilla y sus sacristías se conserva la mayor colección de objetos del plata del mundo. Aquí algunas de las cincuenta y cuatro esculturas de santos con reliquias, a las que hay que añadir bandejas, candelabros (los dos mayores pesan 400 kilos de plata cada uno y miden casi 4 metros de alto), cálices, etc.

Busto-relicario de plata de santa Teresa de Jesús (de Ávila).

Busto del santo, que contiene sus reliquias, realizado el año 1305 en oro, plata y piedras preciosas.

Algunas de las impresionantes joyas que se conservan en el museo del tesoro de san Jenaro.  Este collar tiene joyas que pertenecieron a los reyes María Amalia de Sajonia, Carlos III Borbón, María Carolina de Augsburgo, Francisco I de Austria, José Bonaparte, María Cristina de Saboya, Víctor Manuel II de Saboya, María José de Bélgica... 

La mitra gemada de san Jenaro es uno de los objetos más valiosos del mundo, con 3964 piedras preciosas, que pesan en total 18 kg. 198 esmeraldas, 168 rubíes, 3.328 diamantes.

"Litera" o "palanquín" del año 1767, que se usaba para trasladar el busto del santo en las procesiones cuando llovía.

Para quienes empiecen con la cantinela de que la Iglesia debería vender sus tesoros para dar el dinero a los pobres, les recuerdo que los templos históricos italianos y las obras de arte que contienen pertenecen al estado y no a la Iglesia, que solo puede usarlos para el culto, pero no disponer de ellos. Aparte de que estas obras de arte tienen un valor histórico que supera el económico y son patrimonio de la humanidad.

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