Lo que más me ha sorprendido de la jornada mundial de la juventud de Panamá es que judíos, musulmanes y mormones han acogido a peregrinos católicos en sus centros de culto y les han ofrecido alojamiento, desayunos y cenas.
Panamá siempre me ha parecido un país acogedor y sus gentes, maravillosas. Lo he visitado en varias ocasiones y tengo muy buenos amigos de allá. Pero el comportamiento de estos días ha superado todas las expectativas.
El imán islámico Shalkh Mohammed Al Sayd afirmó en una entrevista, que se puede ver en youtube: “La Jornada Mundial de la Juventud representa un sueño hecho realidad. ¿Cómo lo hacemos? Si nos esforzamos y nos concentramos en lo que nos une, dejando a un lado nuestras diferencias. En esta JMJ Panamá reafirma que es una nación que tiene los brazos abiertos para la convivencia y el respeto”.
El rabino judío Gustavo Kraselnik afirmó en otra entrevista: “Este es un enlace que lleva muchos años. Lo que se ve hoy en día y que se ha hecho visible es el producto de un trabajo largo que inicia en la segunda mitad del siglo pasado, y esto permitió relaciones de afecto y respeto en donde aprendemos que más allá de nuestras diferencias, podemos trabajar en beneficio de la sociedad común y en beneficio de los valores que compartimos”.
El Señor nos conceda a todos ser más acogedores y respetuosos, colaborando todos en la construcción de un mundo más justo.
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