Durante el mes de noviembre oramos con insistencia por el eterno descanso de nuestros difuntos, pidiendo al Señor que perdone sus faltas y los lleve a la plenitud de la vida. Este responsorio fue grabado en 1967 por un coro carmelitano de Vitoria, que tuvo mucha fama en su época.
Dales, Señor, el descanso eterno
y brille sobre ellos la luz eterna.
Oh Dios, tú mereces un himno en Sion
y a ti se te cumplen los votos en Jerusalén;
escucha nuestras súplicas,
a ti acude todo mortal.
Dales, Señor, el descanso eterno
y brille sobre ellos la luz eterna.
Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.
y brille sobre ellos la luz eterna.
Oh Dios, tú mereces un himno en Sion
y a ti se te cumplen los votos en Jerusalén;
escucha nuestras súplicas,
a ti acude todo mortal.
Dales, Señor, el descanso eterno
y brille sobre ellos la luz eterna.
Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.
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