domingo, 30 de mayo de 2021

¿Por qué los cristianos creen en la Trinidad?


¿Por qué los cristianos creen en la Trinidad? ¿No es ya bastante difícil creer que existe Dios, para añadirnos también el enigma de que él es «uno y trino»? Hay hoy día algunos a los que no les disgustaría dejar aparte la Trinidad, también para poder así dialogar mejor con judíos y musulmanes, que profesan la fe en un Dios rígidamente único.

¡Los cristianos creen que Dios es trino porque creen que Dios es amor! Es la revelación de Dios como amor, hecha por Jesús, la que ha obligado a admitir la Trinidad. No es una invención humana.

Dios es amor, dice la Biblia. Así que está claro que si es amor debe amar a alguien. No existe un amor al vacío, no dirigido a alguien. Entonces nos preguntamos: ¿a quién ama Dios para ser definido amor? 

Una primera respuesta podría ser: ama a los hombres. Pero los hombres existen desde hace algunos millones de años, no más. Antes de entonces, ¿a quién amaba Dios? No puede de hecho haber comenzado a ser amor en cierto punto del tiempo, porque Dios no puede cambiar. 

Segunda respuesta: antes de entonces amaba el cosmos, el universo. Pero el universo existe desde hace algunos miles de millones de años. Antes de entonces, ¿a quién amaba Dios para poderse definir amor? No podemos decir: se amaba a sí mismo, porque amarse a sí mismo no es amor, sino egoísmo o, como dicen los psicólogos, narcisismo.

Y he aquí la respuesta de la revelación cristiana. Dios es amor en sí mismo, antes del tiempo, porque desde siempre tiene en sí mismo un Hijo, el Verbo, a quien ama con un amor infinito, esto es, en el Espíritu Santo. En todo amor hay siempre tres realidades o sujetos: uno que ama, uno que es amado y el amor que les une.

El Dios de la revelación cristiana es uno y trino porque es comunión de amor. La teología se ha servido del término «naturaleza» o «sustancia» para indicar en Dios la unidad, y del término «persona» para indicar la distinción. Por esto decimos que nuestro Dios es un Dios único en tres personas. 

La doctrina cristiana de la Trinidad no es una regresión, un compromiso entre monoteísmo y politeísmo. Es un paso adelante que solo Dios mismo podía hacer que diera la mente humana.

Pasemos ahora a algunas consideraciones prácticas. La Trinidad es el modelo de toda comunidad humana, desde la más sencilla y elemental, que es la familia, a la Iglesia universal. Muestra cómo el amor crea la unidad en la diversidad: unidad de intenciones, de pensamiento, de voluntad; diversidad de sujetos, de características y, en el ámbito humano, de sexo.

Texto escrito por Raniero Cantalamessa

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