En la fiesta de san Antonio de Egipto, padre de los monjes, quiero recordarles uno de sus "apotegmas" recogido por sus discípulos, que sigue siendo actual diecisiete siglos después.
El abad Antonio decía: “Hay en la ciudad un médico que da lo superfluo a los pobres y cada día canta el trisagio con los ángeles. Este hombre vive una vida angélica y los monjes podemos aprender de él”.
Todos los cristianos estamos llamados a servir a Dios y a los hermanos con sincero corazón, cada uno desde su vocación concreta. Oremos hoy especialmente por los monjes, pero no olvidemos a los padres de familia y a todos los que se esfuerzan por construir un mundo más justo y solidario.
A todos los animalitos de distintas especies que siguen mi blog, ¡feliz fiesta de san Antón!
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