viernes, 7 de julio de 2023

Novena a la Virgen del Carmen, día primero: La vida sencilla de la Virgen María


Novena a la Virgen del Carmen, día primero: La vida sencilla de la Virgen María. La imagen que acompaña esta entrada se conserva en la ciudad de Úbeda, en el convento de los carmelitas descalzos, donde murió san Juan de la Cruz. 

Salutación a la Virgen. Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día alma, vida y corazón; mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.

Oración inicial. Padre santo, te suplicamos que la Virgen María, madre y hermosura del Carmelo, nos asista con su intercesión a todos los que hoy iniciamos esta novena en su honor; para que, guiados por su ejemplo y protección, lleguemos hasta la cima del monte de la perfección, que es Cristo. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Invocaciones

ROSA DEL CARMELO, perfúmanos en el alma y en el cuerpo, para que seamos buen olor de Cristo en medio de nuestros hermanos. Dios te salve, María…

ESTRELLA DEL MAR, conduce nuestra barquilla en el mar de la vida hasta que lleguemos a las playas luminosas de la patria celestial. Dios te salve, María…

REINA DEL CIELO, que un día gocemos de tu compañía en la eternidad y proclamemos contigo la grandeza del Señor, porque el Poderoso hizo en ti maravillas. Dios te salve, María…

(Pídase la gracia que se desea alcanzar)

Letanías

Santa María, madre de Dios y madre nuestra, ruega por nosotros.
Alegría de Israel, ruega por nosotros.
Gloria de Jerusalén, ruega por nosotros.
Honor de nuestro pueblo, ruega por nosotros.
Sierva del Señor, ruega por nosotros.
Virgen sencilla y humilde, ruega por nosotros.
Modelo de entrega a Dios, ruega por nosotros.
Peregrina de la fe, ruega por nosotros.
Madre de la esperanza, ruega por nosotros.
Madre y hermosura del Carmelo, ruega por nosotros.

- Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.
- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.

Oración final. Virgen María, madre y hermosura del Carmelo, estrella del mar, en esta novena acudimos a ti implorando tu amparo. Madre de Dios y madre nuestra, dirige tu mirada a todos los que invocamos tu auxilio, escucha nuestras plegarias y enséñanos a servir a Jesús con corazón sincero, como hiciste tú. Madre de misericordia y refugio de los pecadores, intercede por nosotros ante tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Pues sois de nuestro consuelo
el medio más poderoso,
sed nuestro amparo amoroso
Madre del Dios del Carmelo.

Desde que en la nubecilla,
que sin mancha os figuró,
de Virgen Madre adoró
Elías la maravilla,
a vuestro culto capilla
erigió en primer modelo.
Sed nuestro amparo amoroso
Madre del Dios del Carmelo.

- Ave María Purísima.
- Sin pecado concebida.

REFLEXIÓN BÍBLICA: LA VIDA SENCILLA DE LA VIRGEN MARÍA

Lecturas bíblicas

Del libro del Eclesiastés (3,1-8). Todo tiene su momento: Tiempo de nacer, tiempo de morir; tiempo de plantar, tiempo de arrancar; tiempo de destruir, tiempo de construir; tiempo de llorar, tiempo de reír; tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse; tiempo de callar, tiempo de hablar; tiempo de amar, tiempo de odiar; tiempo de guerra, tiempo de paz. Palabra de Dios.

Salmo responsorial (118). No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Dichoso el que camina en la ley del Señor;
dichoso el que, guardando sus preceptos, lo busca de todo corazón.

No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

¿Cómo podrá un joven andar honestamente? Cumpliendo tus palabras.
Te busco de todo corazón, no consientas que me desvíe de tus enseñanzas.

No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Mi alegría es el camino de tus preceptos, más que todas las riquezas.
Tus decretos son mi delicia, no olvidaré tus palabras.

No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Del evangelio según san Lucas (2,33.50-51). María y José estaban admirados de lo que se decía del niño. Ellos no comprendieron lo que les dijo, pero su madre lo conservaba todo en el corazón.

Reflexión

En la vida deberíamos organizar bien el tiempo, para poder dedicarnos en cada momento a lo que más conviene. Ahora nos disponemos a dedicar un tiempo a reflexionar sobre la Virgen María y a orar con ella en esta novena que hoy comenzamos.

Santa Teresita del Niño Jesús dice en sus escritos que no le gustaban las vidas «imaginadas» de María. No necesitaba oír hablar de sus «privilegios» para amarla. Afirmaba que le gustaba más contemplarla como madre que como reina y que lo que más le admiraba es que la Virgen vivió con humildad y sencillez las virtudes cotidianas: la laboriosidad, la servicialidad, la escucha... y, sobre todo, la fe. No le interesaban las exageraciones que contaban los predicadores cuando hablaban de los privilegios de María. Por eso afirmó:

«¡Cuánto me hubiera gustado ser sacerdote para predicar sobre la santísima Virgen! Una sola vez habría bastado para decir todo lo que pienso sobre ella. Ante todo, hubiera hecho ver qué poco se conoce su vida. Para que un sermón sobre la Virgen me guste y me aproveche, tiene que hacerme ver su vida real, no su vida imaginaria; y estoy segura de que su vida real fue extremadamente sencilla. Nos la presentan inaccesible, habría que presentarla imitable, hacer resaltar sus virtudes, decir que ella vivía de fe, igual que nosotros, probarlo por el evangelio, en el que leemos: “Ellos no comprendieron lo que él les decía”. Sabemos muy bien que la Santísima Virgen es la Reina del cielo y de la tierra, pero es más madre que reina. Y no se debe decir que a causa de sus prerrogativas eclipsa la gloria de todos los santos, como el sol al amanecer hace que desaparezcan las estrellas. ¡Dios mío, qué cosa más extraña! ¡Una madre que hace desaparecer la gloria de sus hijos!».

A Teresa le bastaba lo que dice el evangelio: que María fue una mujer sencilla, que caminaba «por el camino común, mezclada con las demás mujeres», que nos comprende porque tuvo momentos de oscuridad y sufrió como nosotros. Aunque no lo entendía todo, se fio siempre de Dios, por lo que es un modelo de fe y de servicio para todos, perfecta discípula de Jesús y ejemplo de vida para los creyentes.

Nosotros también queremos profundizar a lo largo de estos días en las enseñanzas del evangelio. Pidamos a María que nos ayude a conservar en el corazón las enseñanzas de Jesús y a ponerlas en práctica, haciendo siempre lo que él nos diga (cf. Jn 2,5).

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