jueves, 1 de septiembre de 2016

Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación 2016


El 1 de septiembre del año 2015 se celebró la primera Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, instituida por el papa Francisco en la misma fecha en la que la celebran los hermanos cristianos ortodoxos desde hace algún tiempo. Les propongo algunos textos para orar en este día.

A pesar de nuestros pecados y de los enormes desafíos que afrontamos, no nos descorazonamos. “El Creador no nos abandona, nunca hizo marcha atrás en su proyecto de amor, no se arrepiente de habernos creado. La humanidad aún posee la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común.” Oremos hoy, y durante todo el año, para recibir la gracia de tratar con misericordia nuestra casa común.

Dios todopoderoso, presente en todo el universo y en las criaturas más pequeñas, que inundas con tu ternura todo lo que existe, escucha nuestra oración mientras repetimos: Señor, ten piedad.

que has hecho existir todas las cosas desde la nada, y conduces a cada una a cumplir la misión que le asignaste desde el principio, derrama tu bendición sobre toda la creación: Señor, ten piedad.

que hiciste las leyes que sostienen la creación y mantienen inalterable el orden del universo, guía a las naciones hacia la paz según tu voluntad: Señor, ten piedad.

En ti vivimos, nos movemos y existimos; preserva la tierra del deterioro y rescata a los abandonados: Señor, ten piedad.

Nosotros, tus siervos, hemos puesto en ti nuestra esperanza de una nueva creación. Por tu saludable misericordia condúcenos a ser sembradores de belleza: Señor, ten piedad.

que enviaste a Jesucristo al mundo para tocar los corazones de los pecadores, pon un freno a los designios del mal que solo buscan beneficios a expensas de los pobres y de la tierra: Señor, ten piedad.

Dios Misericordioso, que creaste todas las cosas con sabiduría y que las vigilas y guías con mano poderosa, concédenos que toda la creación prospere y se conserve sin daños ni elementos hostiles. Porque Tú, Señor, mandaste que toda la obra de tus manos quedara indemne hasta el final de los tiempos; porque tú hablaste y todo existió; y porque con tu misericordia proteges todo de las amenazas y salvas a la humanidad que glorifica tu nombre, alabado sobre todas las cosas, Amén.

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