Fachada, con las puertas de entrada a la iglesia y al monasterio, diseño de Francisco de Mora (1553-1610), arquitecto que se formó con Juan de Herrera en las obras de El Escorial. Lo hizo gratuitamente y fue gran benefactor del convento. Esta fachada, con pórtico de tres arcos, cuerpo central con la hornacina del titular y frontón con ventanal en la parte superior sirvió de modelo a la mayoría de las iglesias que se construyeron en el siglo XVII, tanto en España como en el extranjero, con pequeñas adaptaciones en cada caso.
La imagen de la hornacina de la fachada del templo es del escultor flamenco Giraldo di Merlo (1574-1620).
Capilla primitiva, dedicada a san Pablo. Es la que se usaba en tiempos de santa Teresa. En realidad es la segunda, ya que la de la fundación (de 1562) se hundió para ampliar el monasterio cuando se terminó esta en 1570. La mandó construir Francisco de Salcedo, gran colaborador de santa Teresa.
La campana agujereada que compró santa Teresa, con la que llamó por primera vez a la misa de inauguración del monasterio. Era la más barata del mercado, porque había salido defectuosa de la fundición.
El pequeño patio interno del convento (de 8 x 10 metros), con columnas de granito en el piso superior.
Cocina primitiva. Teresa decía que también entre los pucheros (las ollas) anda el Señor.
Habitación de santa Teresa. En ese poyo de la pared escribía. Entonces no se usaban mucho las sillas y mesas.
"Cristo de los piojos". Con este Cristo en las manos, santa Teresa inició una procesión por todo el convento, pidiéndole que librara a sus monjas de tan molestos huéspedes. Nunca más volvieron a encontrarse piojos en el convento de San José. Para lo ocasión, compuso un poema, del que recojo algunos versos:
Pues nos dais vestido nuevo
Rey celestial,
librad de la mala gente
este sayal.
Inquieta este mal ganado
en oración,
el ánimo mal fundado,
en devoción.
Mas en Dios el corazón
tened igual...
Arcón en el que estuvo depositado el cuerpo de santa Teresa mientras estuvo sepultada en este convento de Ávila. La santa murió en Alba de Tormes, mientras iba de viaje hacia Ávila. Las monjas de Ávila reclamaron su cuerpo para enterrarlo en su convento, pero los duques de Alba acudieron al rey y al papa para que el cuerpo de la santa volviera a la villa ducal, donde se encuentra hasta el presente.
Interior del templo actual, dedicado a san José. Santa Teresa no lo llegó a conocer terminado ya que comenzó a edificarse el año 1607.
La capilla mayor se construyó bajo el patronazgo del obispo don Álvaro de Mendoza (el que dio a santa Teresa el permiso para fundar el convento), por lo que está enterrado a un lado del altar, con una estatua que lo representa orando sobre su sepulcro, obra de 1585 o 1586 de Esteban Jordán. Las pinturas del retablo del presbiterio fueron realizadas en 1674 por Francisco Rizzi y la escultura de san José es del círculo de Manuel Pereira. La coronación pontificia de esta imagen fue la primera que se realizó a una escultura que representa a san José.
Capilla de san Lorenzo. El hermano de santa Teresa, de nombre Lorenzo dejó el dinero en su testamento para que se hiciera la capilla, que la santa mandó construir en 1581, por lo que es anterior al resto del templo. El retablo es de la primera mitad del siglo XVII.
Capilla de la Asunción de la Virgen María, la más elegante y rica de toda la iglesia de san José. El retablo es obra de Juan Pantoja de la Cruz, el más importante de los pintores cortesanos de finales del siglo XVI y principios del XVII. En la parte baja hay relicarios con el cuerpo de san Mauricio y restos de otros santos, incluida una espina de la corona de nuestro Señor. A los lados de la capilla, esculturas de alabastro en actitud orante, que representan a los fundadores: Francisco Guillamas Velázquez, regidor de Ávila y maestro de cámara de los reyes Felipe II, Felipe III y Felipe IV, y su esposa Catalina de Rois Bernaldo de Quirós. Santa Teresa vivió en su casa mientras preparaba la fundación del monasterio de san José y dirigía las obras.
Capilla de san José y la Virgen colocando un collar a santa Teresa.
Capilla del Nacimiento del Señor, con retablo de Juan Pantoja de la Cruz. Estaba destinada a enterramiento de Juan de Mora, el arquitecto del templo. Finalmente, su hija la vendió al canónigo Agustín de Mena.
Capilla de la Virgen del Carmen.
Capilla de san Juan de la Cruz.
Altar de santa Teresa, a la derecha del presbiterio, junto a la puerta de la sacristía.
Altar de san Bartolomé, a la izquierda del presbiterio, junto a la reja del coro de las monjas.
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