domingo, 26 de marzo de 2023

Betania (El-Azariyeh), el pueblo de Lázaro, Marta y María


A 3 kilómetros de Jerusalén, detrás del Monte de los Olivos, se encuentra la ciudad de Betania ("Bet ‘Ananya" en hebreo, que significa "casa de Ananías"), la ciudad donde vivían María, Marta y Lázaro, los amigos de Jesús. Aquí tenemos una vista general. Las excavaciones arqueológicas que realizaron algunas universidades estadounidenses hacia 1920 y los franciscanos hacia 1950 sacaron a la luz restos desde el siglo VI a.C. en adelante. Hoy tiene unos 17.000 habitantes. Allí se alojaban Jesús y sus discípulos cuando viajaban a Jerusalén.

Hoy se llama "El-Azariyeh" en árabe (que significa 'el lugar de Lázaro') y está separada de Jerusalén por el gran muro que pueden ver en esta fotografía, ya que pertenece a los territorios palestinos. Este es el lado israelí.

Vista del muro desde la parte palestina.

Aquí pueden ver una de las entradas a la ciudad, después de atravesar los controles y el muro.

Allí se conserva una basílica en honor de los tres hermanos, con restos de su casa y una tumba cercana excavada en la roca, que la tradición identifica como la tumba de Lázaro. Esta es la fachada del templo, concluido y consagrado en 1954, con diseño del arquitecto Antonio Barluzzi. Cuando se construyó, se encontraron restos de tres templos de los siglos IV, V y XII. 

En este detalle de la fachada se pueden apreciar los mosaicos que representan a los tres hermanos.

Interior del templo, que tiene planta de cruz. En las cuatro lunetas que hay sobre la puerta de acceso y sobre los tres altares de los otros brazos de la cruz, hay hermosos mosaicos, que representan escenas de las visitas de Jesús a este lugar.

El mosaico de la luneta del presbiterio representa la aparición de Jesús resucitado, que bendice a sus discípulos antes de la ascensión, recordando lo que dice en evangelio de san Lucas: «Los sacó hasta cerca de Betania y, levantando sus manos, los bendijo. Y mientras los bendecía, se separó de ellos, y fue llevado hacia el cielo» (Lc 24,50-51).

Una luneta lateral representa a Jesús en la casa de Marta y María, con un perro a sus pies y las palabras de Jesús: «Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas» (Lc 10,41).

El mosaico de la otra luneta lateral representa a Lázaro saliendo del sepulcro, con Jesús que exclama: «Lázaro, sal afuera» (Jn 11,43).

El mosaico sobre la puerta de entrada representa a la mujer que ungió a Jesús: «Estando Jesús en Betania, en casa de Simón, el leproso, sentado a la mesa, llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebró el frasco y se lo derramó sobre la cabeza» (Mc 14,3).

La cúpula central, que evoca el Panteón de Roma y tiene la parte central abierta, ilumina el interior. En el tambor de la cúpula hay una inscripción latina en mosaico, que dice: «El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre» (Jn 11,25).

En el altar de mármol están labrados dos ángeles que levantan unas cortinas para que pueda verse el sepulcro vacío.

Detrás del templo está la entrada a la tumba de Lázaro. El acceso original se encuentra debajo de una mezquita, por lo que en cierto momento se abrió este para poder acceder al interior.

Interior de la tumba. 24 escalones llevan desde el exterior a este atrio. En el centro hay otros 3 escalones, que descienden a la tumba propiamente dicha.

Restos de los edificios que se han sucedido a lo largo de los siglos.

En el jardín y el patio de la iglesia se conservan numerosos restos arqueológicos.

Lagar y molino de la "casa de Lázaro".

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