sábado, 18 de junio de 2016

una familia carmelita


Me encuentro en Barquisimeto. La foto es de un niño de acá, en la fiesta del Niño Jesús de Praga en las carmelitas descalzas de esta ciudad.

Otro día les pondré más fotos de esta hermosa ciudad. Hoy solo les comparto este testimonio de una familia que conocí en Mérida y manifiesta su entusiasmo por pertenecer a esta gran familia carmelitana de la que también forman parte los lectores de este blog.

Sigo teniendo un acceso muy limitado a internet, por lo que no puedo alargarme más. Un abrazo a todos y les sigo pidiendo que no dejen de orar por Venezuela.

El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres, exclamamos como el salmista, y esa alegría la queremos compartir con los lectores de este blog. Nos ha acompañado por estas tierras merideñas (Venezuela) el padre Eduardo Sanz, hombre de Dios que nos ha contagiado la alegría del evangelio, el carisma del Carmelo y el deseo de vivir  en obsequio de Jesucristo.

Como familia, formamos parte  del Carmelo descalzo  y diariamente estamos agradecidos con el Dios vivo, por habernos permitido formar parte de esta hermosa familia. 

Actualmente nos encontramos preparándonos para nuestras promesas definitivas y nuestras hijas se preparan para el Encuentro Nacional de Jóvenes Teresianos (ETJ) que se realizará en la casa de retiros El Sembrador en Patiecitos, Estado Táchira, los próximos 24, 25 y 26 de Junio de 2016. 

Este caminar por el Carmelo ha estado lleno de gracias y bendiciones y hemos comprendido que sin Cristo nada tiene sentido, ya que él ha sido nuestra fuerza y nuestro sostén y su amor el que nos permite vivir cada día queriendo imitarle y servirle.

Padre Eduardo: infinitas gracias por compartir su testimonio de vida, su amor por el Carmelo y sus palabras de aliento en estos momentos tan duros que vive nuestro país. Dios le siga bendiciendo, le fortalezca y le permita visitarnos muy pronto aquí lo recibiremos con los brazos abiertos.

Gracias a todos los miembros de la orden del Carmelo Descalzo, quienes hicieron posible su presencia entre nosotros. Que María, Reina y hermosura del Carmelo, los proteja y acompañe siempre.
                                                     
Sus hermanos en Cristo Jorge Bastidas y Thais Bracho de Bastidas (OCDS- Mérida).

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