Jerusalén despierta emociones en todos los que la visitan. A algunos turistas les afecta de tal manera que entran en un estado de delirio que les hace identificarse con algún personaje bíblico y actúan como tal. Se le llama "síndrome de Jerusalén" y hay hospitales especializados para tratar dicho trastorno. Hasta ahora, ninguno de los peregrinos que me acompañan en las peregrinaciones que organizo cada año ha llegado a ese extremo.
La ciudad vieja se encuentra circundada por la muralla y está dividida en cuatro barrios claramente diferenciados entre sí: el judío, el armenio, el cristiano y el musulmán.
En el barrio cristiano hay más de 40 iglesias y monasterios. Si añadimos las que se conservan en los otros barrios y las que están fuera de las murallas, en el Monte de los Olivos, en el barrio de Sión y en otros lugares, son varios cientos, posiblemente más de mil.
En los barrios nuevos hay también interesantes monumentos, museos, centros de ocio y espectáculos, jardines, etc.
Les comparto algunas fotos de rincones de la ciudad, llenos de historia y de fascinación, como todo en Jerusalén. Que pasen un día feliz.
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