jueves, 23 de julio de 2015

Grupos judíos: «askenazis» y «sefarditas»


Hace poco les hablé de la sinagoga «caraíta». Para la mayoría de los no judíos es difícil identificar a qué grupo pertenece un judío y cuáles son sus características. Algunos autores afirman que «hay tantas maneras de ser judío como judíos hay». En parte es verdad y por eso se da tanta variedad en el judaísmo, pero vamos a intentar hablar de sus grupos principales y de lo que los diferencia.

En principio, hay dos grandes grupos judíos: los «askenazis» y los «sefarditas». De hecho, en Israel hay dos rabinos principales, uno «askenazi» y otro «sefardita». Ambos reconocidos por el estado y con jurisdicción para algunos argumentos relacionados con la alimentación, los matrimonios y otras cuestiones.

«Ashkenaz» era la manera de llamar a Alemania en el hebreo medieval, por lo que los «askenazis» son los judíos que se establecieron a partir del s. X d.C. en la zona centro y norte europea (Alemania, Polonia, Rusia y los otros países eslavos).

«Sefarad» es como llamaban los judíos a España, por lo que los «sefarditas» son los descendientes de los judíos establecidos en la península ibérica desde los inicios de la era cristiana y expulsados por los reyes católicos en el s. XV. A partir de entonces se establecieron en distintas partes de Europa, en el norte de África y en el Medio Oriente. 

Con el tiempo, se usó el término «sefarditas» para indicar a todos los judíos no «askenazis». Hablando con más propiedad, los provenientes de países árabes son llamados «mirzrajim», pero eso es menos importante ahora.

Entre ambos grupos hay algunas diferencias:

- en las tradiciones gastronómicas, 

- en el tipo de música que usan en el culto,

- en el idioma usado en la vida diaria (los «sefarditas» usan el «ladino» y los «askenazis» el «yidish», aunque ambas lenguas se están perdiendo en nuestros días), 

- en la manera de pronunciar el hebreo (el hebreo moderno ha adoptado la pronunciación «sefardita», aunque los «askenazis» suelen usar su pronunciación tradicional cuando rezan o estudian la Torá),

- en la distribución de la sinagoga (los «askenazis» tienen las sillas mirando hacia Jerusalén y los «sefarditas» las distribuye a derecha e izquierda de un estrado central),

- en la manera de conservar el rollo de la Torá (el Pentateuco) en el «arca sagrada» de la sinagoga (los «askenazis» la envuelven en unas telas preciosas y los «sefarditas» en una caja de madera o metal).

- en la manera de leer la Torá en la sinagoga (los askenazíes la leen en posición horizontal, mientras que los sefaradíes en posición vertical).

A estos grupos principales hay que añadir los judíos provenientes de Etiopía (tradicionalmente llamados «falasha»), que según la tradición proceden de la unión del rey Salomón con la reina de Saba, aunque son un grupo pequeño y no totalmente integrado con el resto. Tienen algunos libros sagrados no reconocidos en la Tanaj oficial (la Biblia hebrea), así como algunas fiestas y ritos específicos.

Otro grupo minoritario es el de los «caraítas», que solo admiten la Tanaj (la Biblia hebrea), pero rechazan las tradiciones posteriores recogidas en el Talmud y en la Mishná, considerados tradicionalmente como «heterodoxos» por los demás judíos.

Dentro de los grupos que hemos presentado, hay una gran variedad de subgrupos, que se pueden resumir en cinco corrientes fundamentales: ultraortodoxos (los «haredís»), ortodoxos, conservadores, reformistas (o liberales) y reconstruccionistas. A esos hay que unir los judíos «laicos», miembros del pueblo de Israel, pero que no consideran importante la práctica de la religión y en algunos casos se reconocen como ateos.

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