viernes, 25 de noviembre de 2022
Adviento: Necesitamos ser salvados
Vuelve el Adviento, volvemos a comenzar un nuevo año litúrgico; pero no deberíamos pensar que se trata solo de volver a repetir los ritos y ceremonias de otros años. Estamos hablando de algo mucho más importante.
El Adviento nos permite recordar lo esencial del cristianismo, que no es la participación en unos ritos ni la aceptación de unas verdades ni el cumplimiento de unas normas morales, aunque estas cosas tengan su importancia.
Lo esencial del cristianismo es el encuentro con Cristo: una persona viva que nos vivifica. Lo demás viene después.
En Adviento tomamos conciencia de nuestra necesidad de ser salvados. No podemos salvarnos a nosotros mismos. Necesitamos que el Salvador venga a nuestras vidas.
Somos conscientes de nuestra fragilidad personal, de la fragilidad de nuestras familias, de nuestras sociedades y de la Iglesia. Por eso clamamos una y otra vez: «Ven, Salvador, ven sin tardar, tu pueblo santo esperando está».
No te merecemos, pero te necesitamos. Ten misericordia de nosotros y ven a nuestras vidas.
Ven a salvarnos de nuestros egoísmos, de nuestras tristezas y de nuestros pecados. Ven para darnos vida en abundancia. ¡Marana Tha!, ¡Ven, Señor Jesús!
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