lunes, 5 de junio de 2023

Los nombres de la misa (eucaristía, cena del Señor, etc.)


Pronto celebraremos la fiesta del "Corpus Christi", que en latín significa "el Cuerpo de Cristo". Los italianos prefieren llamarla "Corpus Domini", que significa "el Cuerpo del Señor". Con tal motivo, aprovecho para recordar las distintas palabras que se han usado a lo largo de los siglos para referirse a la misa.

En los escritos bíblicos encontramos dos nombres, principalmente: "Cena del Señor" (1Cor 11,20-23) y "Fracción del pan" (Lc 24,35; Hch 2,42.46; 20,7.11; 27,35).

Hoy la palabra más usada para indicar el sacramento del Cuerpo y de la Sangre del Señor es "eucaristía". Durante siglos fue un nombre común para indicar este misterio, aunque no el único. Lo usan la Didajé, la Traditio apostólica, S. Ignacio de Antioquía, S. Justino, S. Ireneo de Lyón, Tertuliano y otros documentos de las primeras generaciones cristianas.

La palabra griega "eucaristía" es la traducción de la palabra hebrea "berakah", que significa "acción de gracias". Con ella se subraya el momento que precede a la consagración (el prefacio: "en verdad es justo y necesario darte gracias siempre y en todo lugar...").

En los mismos autores, en S. Cipriano y en la Didascalía se encuentra también el término "ofrenda" ("prosphorá" en griego, "oblatio" en latín), en alusión a la aportación de los fieles para los pobres.

S. Agustín y S. León Magno prefieren el término "sacrificio", subrayando el efecto de la acción de los ministros ("sacrificium" viene de "sacrum facere", que significa santificar, consagrar algo o a alguien).

Otros términos que se usaron con frecuencia en Oriente y Occidente son "anáfora", "liturgia", "sinaxis", "ágape", etc.  

En el norte de África se generalizó el uso de "colecta", subrayando el aspecto de la reunión (en latín, "collecta" significa el acto de juntar, reunir).

En el siglo IV, la palabra "missa" significaba despedida. La salida de los catecúmenos después de la homilía y antes de presentar los dones era el momento que subrayaba el misterio que estaba para suceder. Este nombre se generalizó en Occidente para calificar al sacramento. Lo encontramos en san Ambrosio de Milán, en la beata Egeria, en san Isidoro...

Con el tiempo, en Occidente se generalizó la denominación «santa misa» y en Oriente «divina liturgia».

Todos los nombres han utilizado una parte de la celebración para denominar al todo, cada uno subraya un aspecto de la misma. Ninguno es mejor que el otro, siempre que nos quedemos con lo que quieren significar.

En la eucaristía celebramos "el gran misterio de nuestra fe": en el pan y en el vino consagrados se hace presente Jesucristo resucitado, su cuerpo, su alma, su humanidad y su divinidad, para ser nuestro alimento. A él sean el honor y la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

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