En el vídeo podemos escuchar un poema de santa Teresa de Jesús, interpretado por la artista neoyorkina de orígenes puertorriqueños Nydia Caro. Este es el texto del poema de santa Teresa:
Ya toda me entregué y di
y de tal suerte he trocado
que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.
Cuando el dulce Cazador
me tiró y dejó rendida,
en los brazos del amor
mi alma quedó caída.
Y, cobrando nueva vida,
de tal manera he trocado,
que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.
Hirióme con una flecha
enherbolada de amor
y mi alma quedó hecha
una con su Criador.
Yo ya no quiero otro amor,
pues a mi Dios me he entregado,
y mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.
Santa Teresa habla de un cazador que lanza su flecha y deja herida a su presa. Imagen muy popular en los cantos de amor, que presentan al amado como el "cazador" y a la amada como la "cierva vulnerada" (palabra que significa "herida").
Como los ciervos, corzos y animales similares corren mucho, sucedía a menudo que se escapaban a pesar de haber sido heridos por la flecha. Por eso, los cazadores mojaban la punta de la misma en hierbas venenosas para que infectaran la sangre de la presa y esta cayera muerta.
Santa Teresa dice que Jesús (que es el cazador) le ha lanzado una flecha "enherbolada de amor". Es decir: mojada en hierbas de amor, "envenenada" de amor. Así, el amor de Jesús se ha metido en las venas de Teresa, que se siente amada y capacitada para amar con el amor que recibe de Cristo.
Ella es consciente de que para amar de verdad a Dios no basta con nuestro pobre amor, sino que necesitamos del suyo. Se produce un precioso "intercambio" o "trueque" entre lo suyo y lo nuestro.
Dejémonos "envenenar" de ese dulce amor, "embriaguémonos" de él.
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