Cada año, el día de Pentecostés, al terminar la misa de 11,00, se suelta una paloma blanca y una lluvia de pétalos de rosas rojas desciende sobre los fieles en el Panteón de Roma, mientras el coro entona el Veni Creator. Durante los años que viví en Roma, solo participé una vez en ese rito, porque acude tanta gente que hay que ir con mucho tiempo para pillar sitio, pero es una experiencia inolvidable.
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