lunes, 11 de febrero de 2013

Benedicto XVI, sabio, santo ¡y valiente!


El papa Benedicto XVI ha renunciado. Este gesto acrecienta mi admiración por él, aunque no me sorprende. Creo conocerle, ya que hice mi tesis doctoral sobre su pensamiento teológico. Al menos en un par de ocasiones, que yo recuerde, él había comentado que cuando el papa no se sienta con suficientes fuerzas "físicas, psicológicas o espirituales" debería renunciar a su cargo por el bien de la Iglesia. 

De hecho, aunque sea un tema casi desconocido, durante los casi ocho años de su pontificado, el papa ha obligado a presentar sus renuncias antes de cumplir la edad de la jubilación a numerosos obispos (unos 80) porque estaban enfermos (aunque no lo reconocieran), se habían manifestado incapaces de gestionar las diócesis que les habían encomendado (en algunos casos llevándolas a la bancarrota), no habían sabido enfrentarse correctamente al escándalo de los abusos sexuales de algunos clérigos o incluso ellos mismos habían sido sorprendidos en comportamientos inmorales. Cuando estos prelados no aceptaron presentar su renuncia, a pesar de que el papa se lo solicitaba, no le tembló la mano a la hora de deponerlos.

Entre las muchas cosas que Joseph Ratzinger - Benedicto XVI deja a la posteridad, quiero subrayar dos: 

- El Catecismo de la Iglesia católica (él presidió la comisión que lo redactó y realizó una obra titánica de redacción).

- Su libro en tres volúmenes sobre Jesús de Nazaret, que espero que ponga fin a una época en la que muchos acercamientos a la figura de Jesús se han realizado con demasiada superficialidad, tanto por parte de los que se consideraban muy modernos y pensaban que tenían que rechazar todo lo que se ha escrito hasta ahora para sorprender al público con alguna novedad, como por parte de los que rechazaban los estudios históricos, filosóficos y filológicos contemporáneos, por miedo a que se desmoronaran sus certezas.

Ya habrá tiempo para profundizar en otros aspectos de su legado y en las consecuencias de su dimisión. En estos momentos solo puedo manifestar mi admiración por su honestidad y valentía.

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