A ti virgencita, mi Guadalupana,
yo quiero ofrecerte un canto valiente,
que México entero te brinda sonriente.
Y quiero decirte lo que tú ya sabes:
que México te ama, que nunca está triste
porque, de nombrarte, el alma se inflama.
Tu nombre es arrullo y el mundo lo sabe,
eres nuestro orgullo y México es tuyo,
tú guardas la llave.
¡Que viva la reina de los mexicanos!,
la que con sus manos sembró rosas bellas,
y puso en el cielo millares de estrellas.
Yo sé que en el cielo escuchas mi canto,
y sé que con celo nos cubre tu manto,
Virgencita chula, ¡eres un encanto!
Por patria nos diste este lindo suelo
y lo bendijiste, porque era tu anhelo
tener un santuario cerquita del cielo.
Mi Virgen ranchera, mi Virgen morena,
eres nuestra dueña, México es tu tierra
y tú su bandera.
¡Que viva la reina de los mexicanos!,
la que con sus manos sembró rosas bellas,
y puso en el cielo millares de estrellas.
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