sábado, 11 de diciembre de 2021

Historia de Nuestra Señora de Guadalupe


Hernán Cortés conquistó la capital del imperio Azteca en 1521, tal como recuerda una inscripción situada en la plaza de las tres culturas de la ciudad de México: "El 13 de agosto de 1521, heroicamente defendido por Cuauhtemoc, cayó Tlatelolco en poder de Hernán Cortés. No fue triunfo ni derrota. Fue el doloroso nacimiento del pueblo mestizo que es el México de hoy".


Con los conquistadores, llegaron de España algunos misioneros que intentaban comunicar su fe a los indígenas, aunque las conversiones eran muy pocas. No entendían el idioma ni las pretensiones de esos extranjeros, aunque algunos frailes franciscanos aprendieron los idiomas locales y hablaban del amor de Dios y de la ternura de la Virgen María. 

Solo 20 años mas tarde, 9 millones de personas, que profesaron durante siglos una religión politeísta, habían adoptado en masa el cristianismo. ¿Qué produjo una conversión tan increíble e históricamente sin precedentes?

En 1531 una "señora del cielo" se apareció a un pobre indio en el cerro Tepeyac, al noroeste de la actual ciudad de México; se identificó como “la siempre-virgen María, madre del verdadero Dios por quien se vive”. Le encargó que fuera a pedir al obispo que le construyera una capilla para manifestar su misericordia a los habitantes del lugar. 


El obispo no le creyó y le pidió una prueba. Ella envió a su humilde mensajero a la cima del cerro a recoger, en medio del invierno, un ramo de rosas de Castilla. Al abrir su tilma para entregar las flores al obispo, se descubrió la imagen que la santísima Virgen había dejado impresa. 

El rostro mestizo de la Virgen María anunciaba el futuro del gran país mexicano y de toda América latina, en el que se han mezclado personas de distintas proveniencias, formando una realidad multicultural.

La narración de la historia se encuentra relatada en el "Nican Mopohua", documento escrito en el siglo XVI en el lenguaje nativo Nahuatl.

Al identificarse, María usó la palabra "Coatlallope"; es decir, "la que aplasta la serpiente". El vocablo náhualtl sonó a los oídos de los españoles como el extremeño "Guadalupe". Relacionando el prodigio del Tepeyac con la advocación española, la Virgen se comunicó de manera que la entendiesen tanto los indios como los españoles.

Después del milagro, Juan Diego se fue a vivir a un cuarto pegado a la capilla que alojaba la santa imagen, pasando el resto de su vida consagrado al servicio de Cristo y de su Madre. Juan Diego amaba de sobremanera la eucaristía, y por permiso especial del obispo recibía la comunión tres veces por semana, algo inusual en aquellos tiempos. Murió el 30 de mayo de 1548, a la edad de 74 años.

Sobre la primitiva capilla se construyó una nueva iglesia en 1709 (la basílica vieja). En 1976 se construyó una nueva, con capacidad para 50.000 fieles. 


En los terrenos del santuario se encuentran varios otros edificios e iglesias, incluyendo la "capilla del cerrito", en el lugar exacto donde nuestra Madre se apareció a Juan Diego (que hoy tiene adosado un monasterio de carmelitas descalzas). 


En la basílica y demás capillas del santuario se celebran más de 30 misas cada día, hay servicio de confesores desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde. Cada semana hay celebraciones del bautismo, confirmaciones, primeras comuniones y matrimonios para quienes lo solicitan. 

Más de 20 millones de peregrinos visitan cada año la basílica, que es el santuario mariano más popular en el mundo, y la iglesia católica mas visitada después del Vaticano. 

25 Papas han honrado en alguna forma oficial a Nuestra Señora de Guadalupe. La Fiesta litúrgica de san Juan Diego es el 9 de diciembre y la de Nuestra Señora de Guadalupe es el 12 de Diciembre.

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