viernes, 16 de agosto de 2024

Beata María Sagrario de San Luis Gonzaga, o.c.d. Oraciones de la misa


La beata María Sagrario de San Luis Gonzaga nació en Lillo (Toledo), en 1881. Cursó la carrera de farmacia, siendo una de las primeras mujeres que lo hicieron en España. En 1915 ingresó en el Carmelo descalzo de Santa Ana y San José de Madrid. Sirvió a sus hermanas como enfermera, maestra de novicias y priora, cuidando del bienestar físico y espiritual de su comunidad. Por su espíritu de oración y su amor a la Eucaristía encarnó perfectamente el ideal contemplativo y eclesial del Carmelo teresiano. Siendo priora de la comunidad, sufrió el martirio, gracia ansiada por ella, con la entereza de la fe y el ardor de su amor a Cristo, en la mañana del 15 de agosto de 1936. Fue beatificada en 1998. Su fiesta se celebra el 16 de agosto. 

Oración colecta. Oh Dios, que preparaste con el espíritu de oración y la devoción eucarística a la beata María Sagrario para que padeciera el martirio; concédenos, por su ejemplo y protección, que, cumpliendo fielmente tu voluntad, consagremos libremente a ti nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Oración sobre las ofrendas. Acepta, Señor, los dones que te presentamos en honor de la virgen mártir María Sagrario y sean a tus ojos ofrenda tan preciosa como fue el derramamiento de su sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Prefacio.
El Señor esté con vosotros. Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón. Lo tenernos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque la sangre de tu gloriosa mártir, la beata María Sagrario, derramada, corno la de Cristo, para confesar tu nombre, manifiesta las maravillas de tu poder; pues en su martirio, Señor, has sacado fuerza de lo débil, haciendo de la fragilidad tu propio testimonio; por Cristo nuestro Señor.

Por eso, corno los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamarnos, cantando sin cesar: Santo, santo, santo...

Oración después de la comunión. Padre celestial, que el sacramento que hemos recibido nos dé la fortaleza con que la mártir María Sagrario se mostró siempre fiel a tu servicio y vencedora en el tormento. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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