A los pobres se nos condena por no ser educados, pero nadie se pregunta si recibimos educación. A los pobres se nos condena por no ser respetuosos, pero nadie se pregunta si alguna vez recibimos respeto. A los pobres se nos juzga por ser fríos y poco amorosos, pero nadie se pregunta si alguna vez recibimos amor...
En estos momentos, Mayra estudia en la universidad, lo que nos indica que las cosas pueden cambiar, que no tienen por qué ser siempre iguales. Aquí no nos cuenta cómo ha llegado a eso, pero nos indica que, si ha sido posible para ella, también es posible para otros, si les damos una oportunidad.
El Señor nos conceda un corazón misericordioso, para que podamos ver en los otros hermanos y no enemigos o competidores. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario