Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

viernes, 8 de septiembre de 2023

Iglesia de santa Ana en Jerusalén (lugar del nacimiento de la Virgen María)


En Jerusalén se conserva la basílica protogótica de santa Ana, construida sobre el lugar donde, según una antigua tradición, vivieron Joaquín y Ana, y nació María. En la foto de arriba se ve la foto de la fachada.

Hay que reconocer que en la ciudad de Séforis, en Galilea, hay otra iglesia construida sobre la casa que otra tradición afirma que es el lugar del nacimiento de la Virgen María. Pero hoy hablaremos de la de Jerusalén.

Está situada junto a la piscina de Betesda (la piscina probática, junto a la cual Jesús curó a un paralítico), muy cerca de donde comienza el Vía Crucis por las calles de la vieja Jerusalén.

En la cripta hay restos arqueológicos de casas del siglo primero. Sobre ellas se construyó un templo bizantino, destruido por los persas, otro románico, destruido por los musulmanes y el actual transición del románico al gótico (del siglo XII), que se salvó a la caída del reino cruzado porque Saladino la transformó en una "madraza" (escuela donde se estudia la ley de islámica). Lo recuerda una lápida de mármol con una inscripción en árabe, colocada sobre la puerta principal.

En el siglo XV, los franciscanos consiguieron un permiso para visitar la cripta dos veces al año: el 8 de diciembre (día de la Inmaculada Concepción) y el 8 de septiembre (día del nacimiento de la Virgen). Como no tenían permiso para atravesar el templo transformado en escuela coránica, tenían que entrar en la cripta deslizándose con cuerdas a través de un tragaluz que hay junto a la sacristía. Por eso, es tradición que en ese día presidan la misa los franciscanos de la custodia de Tierra Santa.

Desde el siglo XIX pertenece al estado francés, ya que los turcos se la regalaron como agradecimiento por su ayuda en la guerra de Crimea. Hasta el presente goza del estatuto de extraterritorialidad, como las embajadas y los consulados.

Desde 1858 lo atienden los "padre blancos" o miembros de la "sociedad de las misiones de África" y se usa para el culto cristiano. Es famosa por su buena sonoridad y allí se dan muchos conciertos de música sacra durante el año. 

En las tradiciones medievales se decía que la Virgen María la había dejado en herencia a los antiguos ermitaños del Monte Carmelo, que bajaron desde allí a Jerusalén con motivo de la Pascua y estaban presentes el día de Pentecostés. Son los miembros del grupo que se hizo bautizar ese mismo día, que abrieron a partir de entonces un monasterio carmelita en esa casa donde nació la Virgen.

He tenido ocasión de visitarla en distintas ocasiones, acompañando grupos de peregrinos con los que vivido experiencias inolvidables en la Tierra Santa. A todos los llevo en mi corazón y pido al Señor que los guarde en su paz. Si Dios quiere, volveré a visitarla con los peregrinos a los que acompañaré en abril de 2024.

En estas fotos pueden conocer el monumento:

Puerta de ingreso al templo.

El interior es de tres naves con tres ábsides. El izquierdo acoge la capilla del Santísimo, el central tiene el altar mayor y el de la derecha es la capilla de la Virgen María.

Vista del presbiterio y del ábside central.

Cúpula del crucero.

Imagen de santa Ana con la Virgen niña, situada en la nave lateral izquierda, cerca de la puerta.

Descenso a la cripta, en la nave derecha del templo.

Vista de la cripta.

Pinturas de la cripta, que representan el nacimiento de Jesús en Belén. Es un icono clásico del nacimiento del Señor. De hecho, encima del niño pone "Iesus Cristos" (Jesucristo) y al lado de la madre pone "Mater Theos", que significa Madre de Dios. Detrás del Niño están la mula y el buey y a sus pies san José. En los iconos orientales se ponen dos parteras lavando al niño en una pila de agua bendita, para indicar que su primer contacto con el agua la santificó y anuncia nuestro bautismo.

Icono del nacimiento de la Virgen, en la misma cripta.

Los tejados del templo son todos de piedra. Aquí pueden verlos desde detrás del presbiterio.

Jardines del patio, con un monumento al fundador de los Padres Blancos.

La piscina probática y restos de antiguos monasterios, junto a la iglesia.

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