Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

jueves, 12 de marzo de 2015

Contemplativos en la precariedad (orar en el Carmelo)


Ayer les hablé de la nueva provincia ibérica de santa Teresa de Jesús de los carmelitas descalzos. Como ilustración les puse la portada del último número de la revista "El Carmelo" con una foto del P. Miguel Márquez, el nuevo provincial. Para que le conozcan mejor, hoy les propongo un artículo suyo:

Mirando mi propio corazón, con la mano en él, me hice la pregunta de este artículo: ¿Qué es orar en el Carmelo?, ¿cómo se ha orado y se ora en el Carmelo? 

No sé responder con satisfacción a un tema tan rico y complejo, que me desborda por todos los lados. Me conformaré con ofrecer algunos descubrimientos y otros deseos personales, sin pretender decir lo más importante, pero sí algo de lo que más me importa, desde mi opción carmelitana. 

Nos trasladamos al invierno de 1577-1578; un invierno especialmente duro para fray Juan de la Cruz. Hace frío por fuera y por dentro, es noche cerrada entorno y noche oscura al interior. El escenario es especialmente hostil. Pero como quien no quiere perder la perla del momento, fray Juan no se evade en lamentos y se entrega a acoger la voluntad de Dios. Da a luz una de las mejores poesías de amor que se han oído en lengua castellana. La soledad, el frío, la noche… dan lugar a la verdadera compañía, al fuego de Dios. (“Muchos años de carcelilla daría yo por una sola de las gracias que el Señor allí me hizo”, dirá años después).

Unos meses antes, Teresa de Jesús, también en Toledo, comienza, por obediencia a escribir el libro de Las Moradas, en condiciones adversas de todo tipo, algo que se le hace especialmente dificultoso, porque no parece que le dé el Señor espíritu para ello, ni deseo, y porque anda últimamente con ruidos y flaqueza en la cabeza… “No atinaba a cosa que decir ni cómo comenzar a cumplir esta obediencia”, y escribe una de las obras más importantes de la espiritualidad cristiana, en pocos meses.

Teresa del Niño Jesús realiza una filigrana de camino interior, dejándose troquelar por el cariño de Dios, en una situación comunitaria no siempre favorable, en una profunda noche de fe, herida por la enfermedad de su padre y postrada, finalmente por su propia enfermedad que la llevará a los brazos de su Padre Dios.

El Carmelo ha escrito sus mejores páginas de vida y de comunión en situaciones frecuentemente adversas. Contemplativos en la precariedad, bordaron, fiándose de Dios hasta la osadía, la experiencia de vida interior que, definiendo al Carmelo en su conjunto, les identifica a cada uno de modo original. 

La precariedad y la limitación personal, comunitaria, etc. nunca serán suficiente excusa para dejar de zambullirse en el misterio entrañable de Dios.

La gran tentación será huir con la imaginación a mundos posibles, soñados, envidiables. El gran peligro es idolatrar otras experiencias, envidiar situaciones ajenas, llorar la propia mala suerte, no querer ni mirarse al espejo, en definitiva, esquivar la mirada y no confiar en Él, he aquí el gran pecado, no acoger la mirada de Dios.

El abandono en manos de Dios activa el dinamismo del Espíritu en el interior del hombre. Esta es la mayor revolución: Abandónate, no esperes tiempos mejores; ahora es el momento oportuno, ahora vive Dios, en estas circunstancias concretas.

He seleccionado solo algunos párrafos. Quien quiera leer el texto completo, puede hacerlo aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario