Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

martes, 21 de septiembre de 2021

Oración por todos los que llevo en mi corazón


Señor Jesús, te doy gracias de corazón por haber pensado en mí desde antes de la creación del mundo, por haberme destinado a heredar tu reino, por haberme revelado el camino que lleva a la Vida, por haberme llamado a tu servicio, por ser mi alimento y mi apoyo mientras dura mi peregrinación. 

Gracias también por respetar mi libertad, que hace que mi acogida de tu amor sea más auténtica, aunque también más trabajada. Es terrible pensar que puedo rechazarte y que puedo echar a perder tu plan de salvación sobre mí, pero es algo grandioso y valoro que confíes en mí hasta ese extremo.

Te doy gracias por todas las personas que a lo largo de los años me han amado, me han vestido y alimentado, me han curado y educado, por las que han tenido paciencia conmigo y me han perdonado… Eras tú mismo quien me visitaba y me tendía una mano en ellas.

Te doy gracias por las personas que me han pedido ayuda y me han expuesto sus necesidades, por las que han confiado en mí, por aquellas a las que he podido consolar o ayudar en sus necesidades… Eras tú quien me esperaba en ellas.

Te doy gracias por todos los que me han escrito o se han puesto en contacto conmigo de otras maneras para felicitarme por mi cumpleaños y aniversario de consagración religiosa. Tú conoces sus nombres y también sus necesidades. A todos los pongo en la palma de tu mano.

Te pido perdón por todas las veces que he ignorado el sufrimiento de mis hermanos, por todas las veces que no he sabido acoger, compartir, escuchar con paciencia, perdonar… Era a ti a quien rechazaba en ellos.

Te suplico por todos los que tú me has dado, los que has unido en mi corazón y que forman parte de mi vida, las personas que ya conocía y las que encuentro en mis viajes de evangelización. También por la familia cibernética que se ha formado en torno a este blog. Derrama sobre cada uno tu Espíritu Santo y concédeles lo que más necesitan.

Especialmente te pido por los que están sufriendo o atravesando momentos difíciles, por los que se sienten solos y cansados. Sé tú su fortaleza y su esperanza. Que puedan unir su cruz a la tuya, para que sus sufrimientos adquieran valor redentor.

Que la certeza de estar destinados desde antes de la creación del mundo a heredar tu reino sea nuestro gozo y nuestra esperanza. Que usemos bien nuestra libertad, para ser colaboradores conscientes en tu proyecto salvador. Que tus palabras sean nuestra luz y nuestra esperanza. Que tu amistad llene de alegría nuestras vidas. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario