Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

viernes, 5 de agosto de 2022

Tengo en casa a mi mamá, pero mis mamás son dos


Cuando yo era niño, muchas veces entonábamos esta canción al terminar la misa de catequesis.

Tengo en casa a mi mamá,
pero mis mamás son dos:
En el cielo está la Virgen,
que es también mamá de Dios.

Las dos me quieren a mí,
las dos me entregan su amor,
a las dos las busco y las llamo,
a las dos las quiero yo.

Cuando llamo a mi mamá,
ella viene sin tardar;
mi mamá del cielo viene
si me acuerdo de rezar.

Las dos me quieren a mí,
las dos me entregan su amor,
a las dos las busco y las llamo,
a las dos las quiero yo.

Cada día mi mamá
me da un beso al despertar;
en el alma llevo el beso
de mi madre celestial.

Las dos me quieren a mí,
las dos me entregan su amor,
a las dos las busco y las llamo,
a las dos las quiero yo.

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