Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

lunes, 30 de enero de 2023

Monjas coronadas (vivas)


Abrimos esta entrada con un retrato de Lugarda María de la Luz Álvarez de Palacios, que tomó en el convento de monjas jerónimas de Puebla el nombre de sor María Francisca Josefa de San Felipe Neri. Posiblemente fue pintado por Francisco Javier Salazar, a mediados del siglo XVIII. Se conserva en el "museo nacional de historia" de la ciudad de México.

Desde antiguo, en el momento de la consagración religiosa de las monjas, se les colocaba una corona de flores en la cabeza. La ceremonia se repetía con motivo del 25 y 50 aniversario de la profesión, así como en el momento de la muerte. Esta costumbre se ha conservado hasta el presente en algunos monasterios. Pero en ningún sitio alcanzó la magnitud que en los conventos americanos en los siglos XVII y XVIII.

Cuando la familia tenía posibilidades económicas solía encargar uno o varios retratos de la religiosa para conservarlos en su casa, algunos son de gran valor artístico y todos nos sirven para conocer un poco mejor las ceremonias religiosas del pasado. Hay dos tipos principales de retratos de "monjas coronadas": los que se realizaban con motivo de su profesión religiosa y los que se realizaban al morir, copiando el rostro de la difunta.

Era normal bordar los hábitos y adornarlos con joyas, colocar sobre la cabeza de la religiosa una corona de plata repujada, en la que se engarzaban flores, y acompañarla con muchos otros objetos fastuosos donados por su familia, que demostraran su riqueza. 

No suelen faltar en una mano un Niño Jesús de vestir (el "Esposo") y en la otra una vela con flores (en recuerdo de las vírgenes que esperaban al esposo con la lámpara encendida) o una rama de palma (símbolo de la victoria sobre las pasiones). En el caso de las concepcionistas, jerónimas y capuchinas, se añade un gran medallón pintado sobre el pecho, que llamaban "escudo de monja".

Las monjas carmelitas solían conservar la austeridad en el hábito y solo adornaban a la profesa con la corona de flores y a veces la vela o la imagen del Niño Jesús, aunque en algunos casos también añadieron otros detalles que eran comunes en las demás congregaciones.

Aunque ya he tratado este argumento y recogido fotos en otras ocasiones, vuelvo a desarrollarlo con fotos nuevas. En estos once retratos pueden hacerse una idea de la fastuosidad de las ceremonias de profesión en la América colonial.

Sor María Ignacia Candelaria de la Santísima Trinidad, monja concepcionista. Anónimo del siglo XVIII. Se conserva en el "museo nacional del virreinato" de Tepotzotlán (México).

Otra monja concepcionista: sor Ana Teresa de la Asunción. Debajo pone el nombre de sus padres y la fecha de la profesión y del retrato, el 7 de febrero de 1789. Proviene de Puebla y se conserva en el "museo nacional del virreinato" de Tepotzotlán (México).

Madre María Ana Josefa de san Ignacio, capuchina del convento del señor san José de Gracia, de la ciudad de Querétaro, pintada por José de Alcíbar. Tal como indica la cartela, profesó el 7 de octubre de 1795, a los 16 años y 13 días de edad. Aunque proviene de México, se conserva en el "szepmuveszeti museum" de Budapest (Hungría)

La monja jerónima sor María de Guadalupe se hizo pintar de la mano de santa Bárbara, a la que tenía especial devoción. Realizó el retrato Juan de Villalobos, activo entre 1680 y 1720. Se conserva en el "museo nacional de historia" de la ciudad de México.

El retrato de la monja dominica sor María Neve, pintado hacia 1700, se conserva en la iglesia de santa Rosa, en la ciudad de Querétaro (México). Además de la corona y el Niño, lleva en una mano la vela encendida y la palma sujeta en el cinturón. Además, se adorna con un gran rosario y un Agnus Dei al pecho.

La gran monja jerónima sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695) cultivó la poesía, la prosa y el teatro, tanto en español como en náhuatl clásico. Fue considerada "la décima musa". Este retrato del siglo XVII proviene de México, pero se conserva en el "museo de América", en Madrid (España).

La carmelita descalza sor Rosa María del Espíritu Santo con su hábito marrón y capa blanca, año 1775. Se conserva en el "museo nacional del virreinato" de Tepotzotlán (México).

Sor Inés Josefa del Corazón de Jesús, de la ciudad de México, año 1776. Se conserva en el "museo de arte de Filadelfia" (USA).

La monja clarisa sor María Joaquina del señor san Rafael es una obra tardía, del año 1824, que se conserva en el "museo nacional del virreinato" de Tepotzotlán (México).

Esta fotografía fue tomada en Puebla (México), hacia 1900.

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