Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

lunes, 3 de junio de 2013

Los carmelitas descalzos de Burgos


Estos días me encuentro predicando ejercicios espirituales en los padres carmelitas de Burgos, "cabeza de Castilla, tierra del Cid". En esta casa hay una comunidad que atiende la iglesia, la editorial y las numerosas iniciativas de pastoral de la espiritualidad de las que hablaremos más abajo. En el mismo edificio hay otra comunidad, en la que reside el provincial y otros religiosos de la curia, y en la que los hermanos enfermos de la Provincia son atendidos con mucho afecto. Aquí se puede leer la historia de este convento.

Santa Teresa de Jesús fundó un monasterio de monjas carmelitas descalzas en Burgos el año 1582, al final de su vida. De hecho falleció en Alba de Tormes mientras regresaba de Burgos a Ávila. También quiso fundar un convento de frailes carmelitas descalzos, pero esa obra tuvo que esperar hasta 1606 para poder realizarse.

Hoy el amplio convento del Carmen tiene una iglesia grande y muy frecuentada, aunque bastante fea, levantada en 1968 según las modas de la época. La imagen de la Virgen del Carmen del altar mayor es verdaderamente tierna y prefiero no hacer una valoración estética del enorme Cristo que preside el templo (cuya foto se puede ver al inicio de esta entrada). Aunque dicen las malas lenguas que, cuando un niño de Burgos se porta mal, sus padres le dicen: "Mira que te llevo al Cristo del Carmen..."

También hay una capilla pequeña donde celebran algunas de las misas de diario y las vísperas y los encuentros de oración, con capacidad para unas 100 personas, que se suele llenar. Ayer por la tarde tuvimos allí la adoración del Santísimo en comunión con el Papa y con muchos católicos del mundo entero.

Los frailes ofrecen muy buen servicio de confesonario y dirección espiritual. En este convento se concentran además muchas otras iniciativas, como el archivo silveriano (especializado en documentos relacionados con la historia del Carmelo Descalzo, especialmente de santa Teresa de Jesús y de san Juan de la Cruz) y la editorial más importante de la Orden (Monte Carmelo), que publica (entre otras muchas cosas) la revista orar y la revista Monte Carmelo.


De esta casa dependen otras importantes actividades en el campo de la espiritualidad, que se realizan en colaboración con otros miembros de la gran familia carmelitana, como son el Centro de Iniciativas de Pastoral de la Espiritualidad (Cipe), el Instituto de Espiritualidad a Distancia y los encuentros anuales de los amigos de orar.

Compartir los ejercicios con estos frailes está siendo para mí un gran regalo, ya que la mayoría de ellos ha vivido muchos años en las misiones, varios han marcado profundamente mi vida con sus escritos y algunos han sido también profesores míos en Roma.

El P. Tomás Álvarez, por ejemplo, es el mayor especialista en los escritos y en el pensamiento de santa Teresa de Jesús. Ha realizado la edición facsímil de las grandes obras teresianas y ha publicado innumerables libros y artículos sobre ella. A sus 90 años sigue trabajando y está preparando un estudio sobre todos los manuscritos que se conservan de santa Teresa. Y sigue las charlas como si este pobre hombre que las predica pudiera enseñarle algo que él no sepa...

El P. Eulogio Pacho es un gran historiador que ha publicado (entre otras muchísimas cosas) la edición crítica del Cántico Espiritual de san Juan de la Cruz, analizando todos los manuscritos antiguos que se conservan con sus variantes textuales. Está a punto de cumplir 87 años y sigue trabajando en una edición crítica de la Llama de Amor Viva, haciendo un trabajo similar al anterior. Quien no haya tenido que descifrar un manuscrito del s. XVI o del XVII nunca comprenderá lo que significa este trabajo.

El P. Manuel Ordóñez ha traducido más de 100 obras de las que ha publicado la editorial Monte Carmelo a lo largo de los años. Así que los que leemos a santa Teresita y a otros clásicos de la espiritualidad en español tenemos mucho que agradecerle.

El P. Fernando Domingo ha sido durante muchos años el director de la editorial Monte Carmelo y desde su fundación es el director de la revista Orar, que lleva ya 240 números publicados. Muchos hemos aprendido de él la pedagogía de la oración.

El P. Gabriel Castro es un gran profesor de dogmática y espiritualidad, especialista en san Juan de la Cruz... Y se pasa las charlas tomando apuntes (no sé si para subir mi autoestima o para no dormirse al escuchar cosas que él puede decir mucho mejor que yo).

El P. Carmelo Pérez fue uno de los mejores profesores que tuve durante mis estudios teológicos. Era un gran canonista y sus cursos de dirección espiritual eran seguidos por cientos de personas. En su silla de ruedas escucha mis perolatas como si fuera un novicio que quiere aprender.

No puedo nombrar uno por uno a todos los demás, a los que siento de verdad mis hermanos y mis padres en la fe y en la esperanza. Solo puedo dar gracias a Dios que me concede la oportunidad de compartir con ellos estos días de reflexión y oración. Verdaderamente, entre sus muchas virtudes se notan menos mis defectos y pecados. 

Cuántas gracias tengo que dar a Dios por estos hermanos que lo han servido toda su vida en el Carmelo, que han hecho grandes cosas por Él y que viven con una sencillez y humildad sorprendentes. Quien no conozca sus muchos trabajos y capacidades, nunca podría imaginarlos.

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