Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

miércoles, 13 de julio de 2022

Salve marinera. Cantan los infantes de la marina


Les propongo una preciosa interpretación de la "Salve Marinera", el himno por excelencia en honor de la Virgen del Carmen, la Estrella de los Mares, que es la patrona de los pescadores, de la marina civil, mercante y militar, de Chile y de muchas otras localidades e instituciones. Que ella nos ayude a amar y a servir a Cristo con todo el corazón.

Recordemos que su santuario del Monte Carmelo, en la Tierra Santa, se llama precisamente así: "Stella Maris" (Estrella del mar), y que el faro del convento guía a los barcos que se acercan a la bahía de Haifa.

Curiosamente, este canto que hoy es tan conocido, proviene de una zarzuela que fue muy popular a finales del siglo XIX: "El molinero de Subiza", con libreto de Luis Martínez Eguílaz y música de Cristóbal Oudrid. La salve se interpreta al final de su primer acto, durante una procesión.

La escena se sitúa en el siglo XII y habla de algunos enfrentamientos entre nobles de la época y una historia de amor entre el futuro rey (que se hacía pasar por molinero) y la hija de un noble.

La razón de la popularidad de este canto está en que en 1874, una compañía itinerante de zarzuela la representó en El Ferrol. Los alumnos de la fragata “Asturias” (que era la escuela naval flotante), acudieron a la representación. El canto les gustó y pidieron la partitura a los músicos, para cantarla ellos en la misa de su nave. Los marineros que allí se formaban la fueron extendiendo por todas las unidades navales españolas, a medida que recibían sus destinos al terminar la instrucción.

En la localidad marinera de Candás, del concejo asturiano de Carreño, se interpreta cada año ininterrumpidamente desde 1899. En muchos otros lugares es un canto imprescindible en las fiestas en honor de la Virgen del Carmen.

Como sucede con todos los cantos populares, la melodía fue cambiando y adaptándose en cada lugar. Las variaciones eran tantas, que en 1942 el ministerio de marina español encargó a Camilo Pérez Monllor un arreglo instrumental para que pudiera ser interpretada de la misma manera en todos los buques y unidades de la armada. Es la forma en la que hoy se canta normalmente. Este es el texto:

¡Salve!, Estrella de los mares,
de los mares iris, de eterna ventura.
¡Salve!, ¡oh, Fénix de hermosura!
Madre del Divino Amor.

De tu pueblo, a los pesares
tu clemencia dé consuelo.
Fervoroso llegue al cielo
y hasta ti, hasta ti, nuestro clamor.

¡Salve!, ¡salve!, Estrella de los mares.
¡Salve!, Estrella de los mares.
Sí, fervoroso llegue al cielo
y hasta ti, hasta ti, nuestro clamor.

¡Salve!, ¡salve!, Estrella de los mares,
Estrella de los mares,
¡Salve!, ¡salve!, ¡salve!, ¡salve!

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