Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

martes, 25 de agosto de 2015

Oraciones de santa Miriam Bawardi


Hoy es la fiesta de santa María de Jesús Crucificado, la "arabita", conocida también como Miriam Bawardi. Ella era palestina cristiana de rito greco-católico (los llamados "melquitas"). En realidad, fuera de la Orden, la fiesta se celebra mañana, pero, como los carmelitas celebramos el 26 de agosto la fiesta de la transverberación de santa Teresa, a santa Miriam la celebramos hoy. Fue canonizada el 17 de mayo de 2015. Ya les he presentad algunas poesías y oraciones compuestas por la Santa. Hoy les ofrezco otras:



Cántico al Amor

¡Al Amor, mi Amor,
venid, adorémosle!
Adoremos la Trinidad que es un solo Dios.
¡Oh misterio incomprensible!
¡Oh Tres inmensos que hacen Uno solo!
Su bondad en paternal 
para aquellos que le buscan:
¡Venid, adorémosle!


Acción de gracias

Salud, salud, rayo de luz
que me descubres a mi amado Salvador.
Mi corazón late, mi espíritu se siente arrebatado 
en Dios mi Salvador…
El muro tan alto ha caído, 
la cadena de hierro de mi cuello
ha caído hecha polvo en el nombre del Señor…
Mi corazón late y mi espíritu se siente arrebatado.


Canto a la cruz

¡Salve, salve, árbol bendito 
que nos das el fruto de la vida!
Sobre tus hojas veo escritas estas palabras:
¡Nada temas!
Tu verdor dice: espera.
Tus ramas me dicen: caridad.
Y tu sombra me dice: humildad.
¡Salve, salve, árbol bendito 
En ti encuentro el fruto de la vida!
A tus pies quiero morir.


María, Madre de la resurrección

A los pies de María, mi madre querida, 
he reencontrado la vida.
Decís que yo soy una huerfanita, 
pero mirad: Tengo una madre en lo más alto del cielo.
¡Dichosos los hijos de tal madre!
María me llama
y en este monasterio yo quedaré para siempre,
a los pies de María, donde encontré la vida.


Canto a la muerte

Muerte, ¡último cumplimiento de la vida!
Muerte mía, ¡ven y háblame bajo!
Día tras día he velado esperándote 
y por ti he sufrido la alegría y el martirio de la vida.
Cuanto soy, tengo, espero y amo 
ha corrido siempre hacia ti en un profundo misterio.
Mírame una vez más
y mi vida será tuya para siempre.
Las flores están ya enlazadas
y lista la guirnalda para el esposo.
Será la boda y la novia dejará la casa 
y sola, en la noche solitaria,
encontrará a su Señor.

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