Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

miércoles, 19 de enero de 2022

El obelisco del Vaticano


En esta foto puede verse el más famoso de los obeliscos de Roma, que se encuentra en el centro de la plaza del Vaticano. Originariamente estuvo en el templo de Ra en Heliópolis (Egipto), donde lo mandó levantar el faraón Amenemhet II (1985-1929 a.C.). Por lo tanto, tiene casi 4000 años.

En el año 30 a.C., cuando Augusto conquistó Egipto, lo hizo trasladar al Foro Julio de la ciudad egipcia de Alejandría. En la parte inferior del obelisco se conserva la inscripción que hicieron en el momento de su erección en Alejandría, aunque se lee con dificultad después de casi 2000 años:


DIVO CAESARI DIVI IULII F(ilio) AUGUSTO TI(berio) CAESARI DIVI AUGUSTI F(ilio) AUGUSTO SACRUM.
Al divino César Augusto, hijo del divino Julio, y a Tiberio César Augusto, hijo del divino Augusto.

El año 37 d.C. el emperador Calígula lo hizo llevar a Roma para colocarlo en el circo de la colina Vaticana, que más tarde se llamó "de Nerón". Para que no se rompiera, llenaron la nave de lentejas y colocaron el obelisco encima.

Es el segundo obelisco más alto de la ciudad, de una pieza, de granito rojo y pesa 350 toneladas. Mide 25,5 metros de alto (41 si contamos la base) y es el único obelisco egipcio en Roma que no está decorado con jeroglíficos. Es también el único que siempre permaneció en pie, ya que todos los demás fueron abatidos por los godos el año 546 o tan dañados que se derrumbaron en los años siguientes.


Antiguamente, estaba rematado por una bola de bronce dorado, que según la tradición contenía las cenizas de Julio César (y que hoy se conserva en los museos capitolinos). 


Cuando se trasladó a la plaza de san Pedro, se colocó una reliquia de la cruz del Señor en el remate (una cruz de bronce sobre un montecillo y una estrella).

El arquitecto Domenico Fontana lo colocó en el emplazamiento actual el año 1585, por orden del Papa Sixto V. Para mover sus 350 toneladas intervinieron 900 hombres, 140 caballos y 40 grandes poleas durante cuatro meses. El gasto total fue 37.000 escudos de oro.


Fue una obra de ingeniería tan importante que se conservan numerosas pinturas, grabados y escritos que lo documentan. Hemos de ser conscientes de que desde unos 1.500 años atrás nadie había realizado nada similar.

Cuenta la historia que, para manejar a tantos trabajadores sin que nadie se distrajese y el obelisco no cayese y se hiciera pedazos, el último día, cuando había que volver a levantarlo, se prohibió a todos los presentes "hablar, escupir o hacer ruido" bajo penas severas. Incluso se levantó una horca como elemento disuasorio. También se prohibió a los conventos e iglesias que tocaran las campanas mientras duraban los trabajos, ya que todos los trabajadores tenían que estar concentrados en los toques de un tambor, una trompeta y una campana, que indicaba los movimientos que había que hacer (tirar, pararse, soltar la cuerda, etc.).

Debido al calor y al esfuerzo, algunas cuerdas empezaron a ceder e incluso algunas echaban humo por el roce en las grandes poleas de metal.

Entonces se oyó el grito de un desconocido, que dijo: "Echen agua a las cuerdas". Todos se asustaron, por las consecuencias que podía tener la desobediencia al precepto de estar en silencio, pero algunos comenzaron a echar agua a las cuerdas, que se enfriaron y encogieron, por lo que se pudo continuar con el trabajo programado.

El personaje del grito era marinero y estaba acostumbrado a mojar las cuerdas que sostenían las velas cuando se resecaban. Fue detenido, juzgado y condenado, pero el papa no solo le indultó, sino que lo premió y le concedió a él y a sus herederos una pensión mensual y ser los proveedores en exclusiva de las palmas para el Domingo de Ramos en el Vaticano, sin que se pudieran comprar a nadie más.

Con motivo del nuevo emplazamiento, se grabaron cuatro inscripciones en la nueva base, que dicen así:


1- SIXTVS V PONT(ifex) MAX(imus) CRVCI INVICTAE OBELISCVM VATICANVM AB IMPVRA SVPERSTITIONE EXPIATVM IVSTIVS ET FELICIVS CONSECRAVIT ANNO MDLXXXVI / PONT(ificatus) II.
Sixto V pontífice máximo consagró a la cruz invicta el obelisco Vaticano, purificado de la impura superstición, de manera justa y feliz en el año 1586, segundo de su pontificado.


2- CHRISTVS VINCIT, CHRISTVS REGNAT, CHRISTVS IMPERAT, CHRISTVS AB OMNI MALO PLEBEM SVAM DEFENDAT. 
Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo defienda su pueblo de todo mal.


3- ECCE CRVX DOMINI. FVGITE PARTES ADVERSAE. VICIT LEO DE TRIBU IVDA. 
Esta es la cruz del Señor. Huid, enemigos. Vence el león de la tribu de Judá.


4- SIXTVS V PONT MAX OBELISCVM VATICANVM DI(I)S GENTIVM IMPIO CVLTO DICATVM AD APOSTOLORVM LIMINA OPEROSO LABORE TRANSTVLIT. ANNO MDLXXXVI, PONT II. 
Sixto V, pontífice máximo, transportó con mucha fatiga el obelisco Vaticano, anteriormente dedicado al culto impío de los dioses de los paganos, en la sede de los apóstoles, año 1586, segundo de su pontificado.

Ochenta años más tarde, Bernini diseñó la actual plaza, con la columnata que representa los brazos de la Iglesia, dispuestos a abrazar la humanidad entera, conservando el obelisco en el centro.

En 1817 se colocó en el suelo, alrededor del obelisco, una rosa de los vientos y una línea de granito que indica los puntos en los que a lo largo del año se proyecta la sombra del obelisco a mediodía, convirtiéndose así en el gnomo de la meridiana más grande del mundo (es decir, que es como el palito que hace la sombra en los relojes de sol).

Por la marca de la sombra en el suelo se puede calcular la hora, el mes del año e incluso el día exacto, además del signo zodiacal que corresponde.

Aquí se pueden ver los solsticios y equinoccios, así como los signos del zodiaco. En cada uno de estos círculos da la sombra del obelisco el día señalado a las 12 p. m.


Solsticio de invierno - Capricornio. Aquí (a 50 metros del obelisco) llega la sombra de la cruz que remata el obelisco a las 12 del mediodía el 22 de diciembre.


Sagitario, 21 de enero - Acuario, 23 de noviembre


Equinoccios - Aries, 21 de marzo - Libra, 23 de septiembre


Tauro, 21 de abril - Virgo, 23 de agosto


Solsticio de verano - Cáncer 22 de junio. Aquí llega la sombra de la cruz que remata el obelisco a las 12 del mediodía el 22 de junio.

También están el de Piscis, 19 de febrero - Escorpio, 23 de octubre y el de Géminis, 22 de mayo - Leo, 23 de julio.

Algunas de las inscripciones de la rosa de los vientos:




Esta entrada la escribí y publiqué por primera vez en mi blog el 7 de mayo de 2013. La he retocado, corrigiendo algunos datos, ampliando otros y cambiando las fotografías, el 15 de enero de 2022.

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